No hay razones para hacer algo distinto

p2 16-2-El armado provincial, y su correlato local, parecieran prometer una nueva vuelta de tuerca, en el marco de una tediosa repetición. El peronismo ya cotiza escritorios a futuro, en medio de disputas territoriales, pero también generacionales. Debe recordarse que a inicios de la era kirchnerista, cuando el extinto ex Presidente, Néstor Kirchner pujaba por superar los escasos 6 puntos de José Manuel de la Sota en las encuestas,

nadie apostaba por la continuidad del proyecto del peronismo de izquierda. Pero los vientos siempre marcan el rumbo y de eso saben bastante quienes conducen el galeón justicialista. Desde el como sea de la década de los 80, pasando por la ortodoxia liberal de los 90 y la izquierda keynesiana de los jóvenes de la tendencia, la dirigencia que controla los sensores del avatar político han sabido leer los cambios antes que el resto y por eso están donde están.

 

Las premisas fundacionales establecidas por el General hace setenta años inocularon frases al imaginario social, que alimentaron su propio mito. Pero el conductor entregó también a quienes quisieran entender, la fórmula de su interpretación histórica. La realidad es la única verdad, pero leída en el fondo de la ideología de masas, termina asegurando que la verdad es sólo aquello que la gente cree. No hay fotos de Evita el 17 de Octubre de 1945 en Plaza de Mayo, pero la dimensión de esa creencia deja fuera de combate la más mínima duda. Fundamental para que la hegemonía peronista mantenga su vigencia: que la oposición equivoque el camino siempre de la misma forma. La UCR, el principal partido de alternancia nacional supo esquivar ese sortilegio sólo con la llegada de Raúl Alfonsín que, como Ulises, utilizó la cera de sus convicciones, para que sus oídos no escuchen los cantos de sirena. El líder radical más importante, después de Hipólito Yrigoyen tuvo, como Perón, su juventud maravillosa. Pero el hambre concreto gana siempre frente a la gloria dialéctica y, salvo algún arqueólogo, pocos recuerdan hoy nombres y compromisos de aquella generación que acompañó al conductor de Renovación y Cambio.

 

Barrabás
Alguien dejó un paquete esta semana, al estilo de viejo personaje de Héctor Torino, con una bomba cuya onda expansiva aun no finaliza. Se trata de los primeros trazos de una estrategia, claro, que en la actualidad valen más por lo que quedan afuera, pero da para empezar especulaciones de todo tipo. El conductor del scelcismo, Carlos José, colgó dos de los cuadros con que el peronismo puede afrontar las elecciones generales de 2015 en la categoría Gobernador: José Lauritto y Marcelo Bisogni. La movida desacomodó a muchos y obligará a otros a realizar la propia, pero da la impresión que Uruguay está cerrado y las condiciones son tan claras que ahora podrán anotarse sólo quienes conserven aspiraciones en el plano local. Si, como parece, el intendente de Villaguay, Adrián Fuertes, será el candidato del acuerdo provincial
Busti-Massa, la idea de posicionar a la ciudad en el concierto entrerriano se convierte en la presentación oficialista más rutilante. La perfecta sintonía con las declaraciones de José Lauritto, cuando las urnas permanecían todavía calientes, son una muestra que, por primera vez en muchos años, la costa del Uruguay irá con representación unificada hacia adentro y también hacia afuera.

 

Discusión por plata
Se llevó a cabo esta semana un nuevo encuentro de intendentes con el gobernador Urribarri. Fue el lanzamiento cuasi formal de su candidatura a Presidente, pero también el ámbito donde se perfiló gran parte de la disputa territorial provinciana. Hace falta dinero para las arcas municipales, pero la matriz amenaza beneficiar nuevamente a Paraná, en detrimento del resto de las comunas. Haber sentado a Blanca Osuna en la cabecera de la mesa fue un gesto que no pasó desapercibido para algunos intendentes, que vieron allí al vicegobernador José Cáceres y algunos socios paranaenses, iniciar la puja por los fondos que, aún antes de llegar, ya generan rispideces. Los jefes comunales de esta costa salieron del encuentro convencidos que Paraná ya tenía todo arreglado.