Los ahogamientos y accidentes con objetos aspirados o ingeridos encabezan las consultas en los servicios de salud tanto de hospitales y centros de atención primaria. Bajo la premisa de que controlar de manera atenta, cercana y permanente a los niños es la mejor forma de prevenir, la Provincia compiló una serie de pautas que contribuyen a evitar accidentes domésticos con niños. Desde Salud se informó que los ahogamientos y accidentes con objetos aspirados o ingeridos encabezan las consultas en los servicios de salud tanto de hospitales y centros de atención primaria. La seguridad en el hogar no es sólo un concepto,
se trata de una suma de acciones concretas y programadas que deben garantizar espacios sin peligro para la salud e integridad de los niños. La clave del cuidado es estar atentos siempre, sabiendo qué hacen y dónde están los más pequeños y educar para la salud. La provincia, a través del Ministerio de Salud, elaboró una guía de recomendaciones para prevenir accidentes domésticos. La primera medida es enseñar a los niños a tener cuidado. ¿Cómo? Explicándoles qué es peligroso y por qué, qué puede hacer y qué no, sin omitir que el mejor modo de enseñar hábitos y conductas es dando el ejemplo. Asimismo, cada uno de los consejos debe ser recordado y repetido varias veces.
Lo más frecuente
«En la terapia intensiva del Hospital Materno Infantil San Roque, en tiempo de verano, los problemas más habituales son los accidentes de tránsito y ahogamientos», indica Marcelo Itharte. El pediatra indicó que «al accidente uno lo tiene que entender como una enfermedad y como tal es prevenible». Y reforzó una recomendación: «Nunca hay que dejar a un chico solo, siempre hay que estar cerca para evitar caídas y traumatismos de cráneo». También destacó que entre los accidentes domésticos más frecuentes, son habituales los objetos ingeridos o aspirados: bolitas, semillas de girasol, partes de broches de la ropa, fragmentos de juguetes, hueso. El profesional advirtió que «es muy importante que los primeros juguetes no tengan partes que se puedan desprender», teniendo en cuenta que los niños pequeños «se llevan el mundo a la boca, sobre todo los menores de 2 años».
Acompañamiento
También hizo hincapié que los primeros en actuar en prevención y promoción de la salud son los padres, de ahí la importancia de la educación para la salud. Respecto a las eventualidades de verano, recordó: «Hemos tenido un montón de accidentes en piletas sin cercar, donde los chicos fallecen y de nada sirve que sepan nadar. También se pueden ahogar en piletines muy bajos o en un balde, porque con que esté la cabeza debajo del agua es suficiente». En este sentido, destacó que «la pileta tiene que estar cercada, bajo supervisión de un adulto y no sirven las recomendaciones del tipo te dejo al cuidado de tu hermana». Lo ideal es que «esté en un lugar seguro y quien esté cuidando tenga conocimientos de resucitación cardiopulmonar y los elementos adecuados».
En invierno
Respecto a los accidentes de invierno, el problema está en las intoxicaciones por humo. «El año pasado hubo más fallecidos por intoxicaciones por humo que por gripe ya que los padres
calefaccionan con braseros y también por pérdida de gas». En la época escolar, el riesgo son los accidentes de tránsito en horarios de entrada y salida de la escuela. Con salir unos 5 a 10 minutos antes, esta problemática se resuelve. Y dentro del establecimiento escolar, «el sólo hecho de poner una maestra cuidando los chicos en el recreo, disminuye la cantidad de accidentes». ¿La razón? «El chico, al saberse mirado, es más prudente, más cauto». Dentro de la casa, los dos lugares donde más se producen accidentes son la cocina y el baño. También se debe evitar la conservación de productos como lavandina o insecticidas en envases de gaseosas conocidas y fácilmente identificables. «Es muy fácil que el chico que está en la etapa de explorador, a partir del año hasta los dos, tome algún cáustico por error. Esas cosas no pueden estar al alcance de ellos. Siempre es bueno que estén en un lugar elevado, lo mismo los cubiertos». Además, la instalación de un buen disyuntor es una muy buena prevención. Otros accidentes frecuentes son las quemaduras con agua hirviendo, a causa de la manipulación de pavas y las quemaduras con fuego de la parrilla.
Pautas de prevención
– Adecuar los espacios y supervisar siempre a los niños. A más atención, menor es el riesgo de lesiones. – En temporada invernal, a las estufas o braseros hay que apagarlos o sacarlos de la casa antes de dormir. – Mantener siempre ventilados los ambientes. – No fumar en el hogar. – Ofrecer a los niños juguetes seguros y pertinentes para la edad: que no entren en su boca, sean de material atóxico, lavable, irrompible y sin filos. Los peluches no deben tener partes que puedan ser desprendidas. Revisar los elementos de juego de manera periódica para advertir partes rotas. – En caso de tener mascotas o estar en contacto con animales, se deberá enseñarles a cuidarlos y respetarlos para evitar mordeduras. – Los niños requieren de atención y cuidado constante y permanente, nunca se los debe dejar sin un adulto responsable que lo cuide. – Es importante recordar que los hermanos no están capacitados para ser cuidadores. – Advertirles que no deben hablar con personas extrañas, ni personalmente ni por teléfono. Tampoco aceptar cosas que ellas les ofrezcan, ni subir a sus autos. – Evitar la exposición solar directa de 10 a 17 y usar filtro solar adecuado. – Teniendo en cuenta que los niños no miden el peligro, se debe enseñarles que para cruzar la calle deben ir de la mano de un adulto y siempre mirar para ambos lados. La mayoría de los accidentes que ocurren en la calle se pueden evitar. – Los siniestros viales son la mayor amenaza para la seguridad de los niños, quienes siempre deben ir en la parte trasera del auto usando un asiento infantil que cumpla con las normas de seguridad. Nunca llevarlos en brazos en el asiento delantero ni trasero. – Las motos no son un medio adecuado para trasladar niños. – Jamás se debe dejar a un niño encerrado dentro de un auto.