Sociedad 08/01/14

LITURGIA

Hoy, decimocuarto día después de Navidad, se lee una carta de San Juan (1 Juan 4,7-10) en la que el apóstol dice que el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor; y el evangelio de San Marcos (6,34-44) en el pasaje donde Jesús se compadece de la multitud que lo seguía porque dice que «eran como ovejas sin pastor»

SANTORAL

San Severino, monje Fue el gran apóstol de la Nórica (actual Austria) y otras regiones danubianas. Vivió en el siglo V, época del derrumbe del Imperio Romano de Occidente, y en una región por la que pasaban las hordas de bárbaros que asolaban Italia. En un momento de total desorden e incertidumbre Severino, vestido de pobre sayal y descalzo, recorría el país predicando la penitencia, restableciendo la disciplina, encendiendo de nuevo la fe y poniendo orden en las conciencias. Aunque ni el Estado ni la Iglesia le dieron misión alguna, durante 30 años Severino fue el gobierno de la Nórica.

Un gobierno espiritual que se imponía por la fuerza moral, las extraordinarias facultades humanas y el prestigio personal de quien lo ejercía. Hasta los invasores bárbaros admiraban y veneraban al viejo austero. Murió el 8 de enero del 482. San Lorenzo Justiniano, obispo Nacido en 1381 en Florencia, despreció las riquezas e ingresó joven en los canónigos regulares de San Jorge. Tras ser obispo de Grado, Eugenio IV lo consagró arzobispo y primer Patriarca de Venecia. Durante su gobierno pastoral se aplicó a reformar el clero y restablecer la disciplina eclesiástica. Fue modelo de prelado y dejó algunos tratados sobre la contemplación. Murió en Venecia el 8 de enero de 1456. Fue beatificado en 1524 por Clemente VII y canonizado por Alejandro VIII en 1690.