Ocho mujeres de Gualeguaychú formaron una cooperativa con el objetivo de crear su propia empresa textil. El gobierno nacional les envió doce máquinas de coser confiscadas en talleres clandestinos, con las que darán inicio al emprendimiento. Según consigna diario El Día de esa ciudad, a través de las Cooperativas de Trabajo Federadas de Entre
Ríos (Cotrafer) y de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) un grupo de mujeres decidió comenzar a gestionar las máquinas de coser industriales que, meses más tarde, fueron entregadas por el gobierno nacional. Las mismas fueron confiscadas en uno de los operativos llevados adelante por el Ministerio de Trabajo en los talleres clandestinos de distintos puntos del país.
En diálogo con el matutino, Mariana Alurralde, una de las referentes del incipiente grupo, dijo que «en septiembre de 2012, cuando nos juntamos las primeras ocho, empezamos a generar la idea de tener nuestra cooperativa textil de fabricación de ropa de trabajo». «Durante ese año se empezó a gestionar la matrícula, empezamos a conocernos dentro del grupo, nuestros perfiles, nuestra familia. Somos todas societarias, así que todas aportamos ideas», continuó Alurralde y agregó que «un año después nos dieron la noticia de que teníamos la matrícula; ahora estamos haciendo los papeles contables porque las máquinas ya las tenemos». La cooperativa Ocho Hilos consiguió el galpón, ubicado en Italia y Florencio Sánchez, hace dos meses y actualmente está reparando algunas de las máquinas que serán sus herramientas de trabajo.
Desde el municipio se subsidia parte del alquiler del local durante los primeros seis meses. «Ahora que ya tenemos el local, desde la Cotrafer nos están haciendo el piso y estamos enviando las máquinas a reparar», expresó Alurralde y planteó el «desafío de producir en serie, como pasa en muchas cooperativas del país, para eso es necesario tener capacitaciones constantemente, sobre todo las que se dan a través de la Red Textil Nacional». Por último, las integrantes de Ocho Hilos expresaron la necesidad de que las diferentes capacitaciones que se realicen sean abiertas a todas aquellas personas que tienen «emprendimientos personales o de a dos personas, para que conozcan lo beneficioso que es el cooperativismo y las puertas que se abren cuando uno trabaja de esta manera y, sobre todo, para fomentar la producción textil nacional».