En pocas horas comenzará un año que estará marcado por las restricciones presupuestarias en las diferentes jurisdicciones del Estado. Desde el gobierno nacional, se han anticipado a la promesa del gobernador correntino Ricardo Colombi, de emitir cuasimoneda, arreglando una parte de la deuda que las provincias mantienen con la Nación. La situación es de tal magnitud que ni siquiera preocupa el costo político de alinearse con una administración seriamente comprometida
con su futuro. Para el gobernador Sergio Urribarri el alivio perdurará lo que el verano, pero en marzo se promete el inicio de una puja salarial que atravesará todo el horizonte de la economía entrerriana. Nunca menos que la policía, será el lema detrás del cual colgarán sus aspiraciones los gremios estatales y el primer mandatario sabe que eso es, en gran medida, su responsabilidad, sea por exceso de confianza o por imprevisión.
En medio, deberá vérselas con un entonado Jorge Busti a quien las denuncias, lejos de achicarlo, lo fortalecen en esta etapa crucial de alistamiento. Tanto es así que le solicitaron al ministro Adán Bahl «que recurra a la Justicia y mida sus palabras «y directamente lo enteraron que pegarle a Busti es atacarlo a Massa. Así lo hizo saber el vicepresidente del Frente Renovador en Entre Ríos, Claudio Ava Aispuru, quien dijo que «es una falta de responsabilidad total que un funcionario de alto rango injurie de esa forma a Jorge Busti, aseverando falsedades infundadas de una calaña propia de un fabulador». Todo en relación al rol que le endilgan al ex gobernador, en los saqueos ocurridos en Concordia a inicios de diciembre. Desde el Frente Renovador utilizaron esta oxigenación mediática para asegurar que «no van por las migajas, eso es algo que al kirchnerismo y su trunco sueño entrerriano le gustaría.
Busti integra una construcción plural de dirigentes nacionales y millones de personas que le han dicho no al atropello del kirchnerismo y su fábula del país del todo bien, mientras la Argentina sufre una crisis social y económica». En el plano económico hicieron hincapié que «en los últimos seis años Entre Ríos acrecentó su déficit y su deuda pública, dejando en rojo los números de la provincia. En 2012 la provincia tuvo un déficit de 570,2 millones de pesos, lo que implica un deterioro en 5 años del 307% respecto al año 2007 donde hubo un superávit de 161 millones de pesos». Como se sabe, Bahl no fue el único dirigente oficialista que acusó a Busti por los saqueos.
El senador por Concordia, Enrique Cresto, hijo de Carlos Cresto y nieto de Enrique Cresto, es decir, uno de los tantos muchachos tres G que ha dado la política entrerriana, reveló que «ha presentado información en las fiscalías actuantes acerca de gente ligada al ex gobernador implicada en los disturbios en el marco del acuartelamiento policial». En una asamblea del Frente Renovador, realizada en Concordia, Busti puso en dudas el cronograma electoral y habló de la posibilidad de adelantar los comicios. Por esa razón, Cresto (n) señaló que «hemos aportado documentación que involucra a personajes que son laderos directos de Jorge Busti, por eso decimos que está relacionado con los saqueos y los hechos delictivos».
Gente enojada
Sea por los cortes de energía eléctrica o por la falta de suministro de agua, muchos vecinos de la ciudad comienzan a mostrar su ofuscación. El episodio protagonizado por la empresa que construye las obras del plan maestro, no alcanzó para sacar del escenario mediático los reclamos generados en diferentes barrios, donde la gente mantiene su propia agenda noticiosa, alimentada por la realidad. Lo cierto es que parece haber pasado tanto tiempo desde las legislativas de octubre, donde el oficialismo cosechara por enésima vez la mayoría absoluta y esta nueva ola de reclamos, en la cual los electores parecen desconocer su propio veredicto.