El gran año de Del Potro y la deuda de la Copa Davis

El gran año de Del Potro y la deuda de la Copa Davis  El tandilense disfrutó de un gran 2013 que le permitió consolidarse como uno de los mejores. Sin embargo, la Copa Davis sigue siendo una deuda. El gran año de Del Potro y la deuda de la Copa Davis

El tandilense Juan Martín Del Potro disfrutó de un gran 2013, que le permitió consolidarse como uno de los mejores tenistas del mundo, pero la Copa Davis, en la que decidió no participar, se presenta como una deuda todavía impaga.

Del Potro, capaz de desbordar y pasar por encima tenísticamente a varios de los mejores del mundo de la raqueta, es idolatrado por muchos, pero también visto de reojo por otros, que no le perdonan su decisión de negarse a integrar el equipo de Copa Davis para privilegiar su calendario personal.

Los títulos en Rotterdam, Washington, Tokio y Basilea, y su buena participación en Wimbledon, donde perdió una maratónica semifinal de casi cinco horas frente al serbio Novak Djokovic, y las finales alcanzadas en los Masters 1000 de Indian Wells y Shanghai, le permitieron a Del Potro quedar a un paso de los cuatro mejores del planeta.

Además, en distintos momentos de la temporada, Rafael Nadal, Djokovic, David Ferrer, Andy Murray y Roger Federer, entre otros, fueron superados por la potencia de los golpes del tandilense, lo que representa un síntoma inequívoco de que tiene fundamentos para ilusionarse con estar aún más arriba.

Su derecha es la más potente del circuito; su revés, cuando logró dejar atrás los problemas en la muñeca, una garantía; y su saque, acaso el aspecto en el que más mejoró en el último tiempo, se convirtió en un arma fundamental.

Pero todas las luces que hacen soñar a Del Potro con estar en lo más alto, arrojan sombras al pensar en la Copa Davis, y tanto él como su cuerpo técnico, su entorno más íntimo, lo tienen claro.

Pese a que oficialmente se negó a jugar en 2013 para privilegiar su calendario personal, en noviembre pasado ratificó que esa decisión se extenderá al menos a la primera ronda de 2014 con una carta en la que pareció romper definitivamente con la actual dirigencia de la AAT y con el capitán del equipo, Martín Jaite.

Del Potro esgrimió cuestiones de calendario primero, pero luego apuntó al presidente de la Asociación, Arturo Grimaldi, y a Jaite, al considerar que, “con un doble discurso hipócrita”, por un lado lo invitaban a sumarse al equipo y por el otro lo presionaban desde “cierta prensa”, explicó.

Esa carta parece haber dinamitado la ilusión de conseguir en lo inmediato la postergada Ensaladera de Plata, ya que sin Del Potro en el equipo y luego del reciente retiro del cordobés David Nalbandian, Argentina se quedó sin un jugador que le permita dar el salto de calidad.

Para alimentar el sueño de pelear por la consagración, Del Potro debe ser el abanderado tenístico del equipo. Sin él, Argentina deberá contentarse con hacer lo posible por mantenerse en el Grupo Mundial, un privilegio que no pierde desde 2001.

Detrás de él, Juan Mónaco, Carlos Berlocq, Horacio Zeballos y los más jóvenes Guido Pella y Federico Delbonis, entre otros, pelean por estar lo más arriba posible, alternando buenos y malos resultados.

Por caso, Mónaco, que en 2012 fue número 10 del escalafón, hoy se encuentra 42 y con la necesidad de tener un buen comienzo de año para recuperar terreno luego de un 2013 que intentará olvidar rápidamente, mientras que Berlocq mantuvo todo lo bueno que construyó en 2012 y disfrutó un 2013 consagratorio en la Copa Davis, dándole el quinto y decisivo punto a Argentina frente a Francia, en el Parque Roca.

Ese triunfo en cuatro sets frente a Gilles Simón fue el más importante de su carrera y le permitió al conjunto argentino clasificarse a una nueva semifinal, en la que luego cayó ante al bicampeón República Checa, en el estadio O2 Arena de Praga.

(*) de la agencia DyN