El campeón mundial welter AMB cuenta sus planes en una entrevista con PERFIL: “Lo único que me motiva para seguir es Floyd. Si no, quizás me retire.”
El arrebato de sus mejillas hace más profunda su mirada. Y cuando sonríe, su rictus preferido, el rostro se envuelve en una aureola de adolescencia. Sus 30 años se arrugan en una catarata de juvenil alegría. Ya tiene un lugar en la historia inédita del boxeo argentino. Un presente con la embriaguez prematura de épicas victorias y dos coronas mundiales. Hace unos años, integrado en aquel rito triunfal de los brazos en alto, se impuso a Víctor Ortiz por el cetro superligero de la Asociación Mundial de Box. Hoy, como un fiel militante del éxito, echó por tierra con el invicto de Adrien Broner, el diamante negro proyectado a ser el sucesor de Floyd Mayweather, y se consagró como nuevo campeón mundial welter AMB.
Y todo ese linaje exclusivo de grandes logros se hace difícil de detectar en una personalidad que desmiente a la trascendencia, que es humilde y anónima. Marcos René Maidana todavía no se identificó con la dimensión de la fama que suponen sus triunfos y logros. O a caso no le interesa. “Hoy es el mejor momento de mi carrera, pero voy a seguir trabajando para que los próximos años sean mejores aún”, desliza el Chino, intentando dejar por un instante ese perfil de hombre impenetrable y prestándose en un ida y vuelta con PERFIL, después de ser considerado “el mejor deportista argentino de 2013” con el premio Olimpia de Oro.
—¿Sos consciente de lo que lograste?
—Esto es lo que sueña cualquier boxeador, para esto me rompo el lomo entrenando. Está buenísimo sentirme reconocido y valorado por la gente de mi país. Terminé el año de una manera ideal. Ganarle a Broner me posiciona muy bien en mi carrera y me abre la chance de pelear con Floyd Mayweather.
—¿Qué te genera ser premiado con el Olimpia de Oro como mejor deportista argentino de 2013?
—No cualquiera gana un premio tan importante y con tanta historia. Recibirlo deja a las claras lo importante que fue mi triunfo para el deporte argentino. Seguramente con el tiempo lo valoraré mucho más. Recibir el premio que alguna vez ganó Monzón me llena de orgullo.
—¿Esperabas vencer a Broner de la manera avasallante que lo hiciste?
—Sabía que mis posibilidades estaban reducidas a mi pegada y que había que noquearlo porque en las tarjetas no confiábamos. Pero también estaba preparado para boxearlo y correrlo por el ring como lo hice. Broner es un buen boxeador, duro, rápido y mañero. Pero mi entrenamiento fue importante para afrontar semejante pelea.
—Por un momento dio la impresión de que tus golpes descargaban la bronca contenida de los días previos… ¿sentiste odio?
—En la previa del combate dijo muchas cosas que alimentaron mi ego. El prometió que me iba a enseñar a hablar inglés, pero por lo visto terminó hablando español, jaja… Yo nunca me prendí en responderle porque sabía que arriba del ring le iba arrancar la cabeza. Espero que le sirva de experiencia…
—¿Estás dispuesto a darle la revancha si la pide?
—No tendré problemas en darle una revancha pero tendrá que esperar. Primero quiero descansar, pasar las Fiestas, tomar algo fresco y después veremos… Me gustaría pelear con Mayweather.
—¿Aparecerá Mayweather en tu carrera?
—Siento que éste es mi momento para enfrentar a Floyd. es más, si el próximo rival no es Mayweather, tal vez no vuelva más. Me sentaré, descansaré y tal vez me retire. Sería por el único que volvería en 2014.
—¿Serías capaz de abandonar el boxeo?
—El único que me motiva para seguir hoy por hoy es Mayweather. Me tomaré unos meses de descanso y lo analizaré. Yo siempre acepté pelear con todos donde sea, espero que Mayweather también. Voy a esperar novedades rodeado de mi familia y mis amigos en mi pueblo, Margarita
La fortaleza de Maidana, su estilo y el efecto de su pegada lo elevaron a un nivel supremo en el actual boxeo mundial. El impacto que causó con su triunfo fue tan grande que desestabilizó la proyección de Golden Boy, la promotora de Oscar de la Hoya, que planeaba sus grandes carteleras alrededor de Adrien Broner. “Ahora Golden Boy deberá pensar en mí si tiene planeado armar una gran pelea”, comenta un alegre Chino