Sin segura y con Tinelli en un silencio misterioso, el titular de barracas central es el favorito. El juego politico de Perez y Russo y el elegido de boca y river: Blanco.
El letargo que empezó después del jueves 3 de diciembre, aquel día en que la AFA desafió a la matemática y contó más votos que votantes, terminó esta semana. Como si Grondona, desde los cielos, hubiese dado la señal de largada, el lunes y martes habrá dos dirigentes que formalizarían sus candidaturas a conducir Viamonte 1366 en las próximas elecciones del 30 de junio.
El primero será Claudio “Chiqui” Tapia, quien se servirá de un festejo por el aniversario de Barracas Central, en La Trastienda, para lanzarse oficialmente. Apoyado por buena parte de los clubes del Ascenso y del interior, y con el padrinazgo político de su suegro, Hugo Moyano, Tapia ve esta segunda elección como su oportunidad. En diciembre, él juntó muchos de los votos que entraron en la urna de Luis Segura, hoy convertido en un presidente testimonial que ni siquiera puede asegurar el apoyo de su club, Argentinos Juniors, donde desde diciembre gobiernan los que eran sus opositores.
Tapia quiere hacer valer el poder que reúne en los subsuelos del fútbol argentino para llegar a la cima. La ecuación que hace es más o menos sencilla: puede resultar electo incluso sin el apoyo de la Primera, que tiene sólo 30 de los 75 asambleístas que emitirán su voto. El presidente de Barracas Central ya dio una muestra de fuerza el martes pasado, cuando en su club juntó a nueve asambleístas del Consejo Federal y al grupo Ascenso Unido. En esa reunión, prólogo del anuncio que se daría el lunes, hablaron Tapia, Daniel Ferreiro (vice de Chicago y representante de la B Nacional en AFA) y Alfredo Dagna (presidente de Olimpo). Dagna fue el único dirigente de la Primera que estuvo en ese encuentro. Un desaire explícito. “Tapia es de Barracas Central, negro y peronista. Y evidentemente, eso les molesta a muchos”, le comenta a este diario Ferreiro. Del otro lado, entran en la misma sintonía: “Tapia es como Aníbal Fernández o como Herminio Iglesias. Un piantavotos”, afirma un dirigente que pide no ser mencionado.
Buscando al hombre. El presidente de Lanús, Nicolás Russo, será otro de los que esta semana acelerarán su postulación. Lo hará con una cena el martes, en un restaurante de Puerto Madero. Hasta ahí llegarán varios directivos de peso. Russo y Tapia estaban unidos contra el poderío de los clubes grandes –sobre todo luego de que el presidente de Boca, Daniel Angelici, quedó como secretario general y el de San Lorenzo, Matías Lammens, como tesorero– pero se distanciaron por una cuestión de cartel. Al no haber fórmulas, los comicios de AFA son también una guerra de egos. “Yo no avalo la candidatura de Tapia”, le confirma Russo a PERFIL. Y agrega: “El Chiqui me parece un buen complemento, pero no el mejor candidato”.
La misión de Russo, además de sumar votos en el Ascenso y el interior, será cautivar a los que enfrentó durante todo este año: los grandes. Con Marcelo Tinelli de viaje y sin ninguna certeza sobre lo que hará, algunos de los clubes que lo apoyaban en diciembre ven en el presidente de Lanús una opción viable. Lo ofrecen como un hombre con historia, gestión y buen presente.
Otro de los anotados en la lista es el presidente de Belgrano, Armando Pérez, quien el martes a las 12, en el Hotel Sheraton, se reunirá con los principales clubes del interior. Pérez asegura que esta vez, a diferencia de lo que sucedió el año pasado, puede contar con los siete avales necesarios para homologar su candidatura. Aunque hay una situación que le quitó poder simbólico y real: a Pérez, hasta hace algunas semanas, lo apoyaban Boca y River. Pero ahora, tanto Angelici como Rodolfo D’Onofrio impulsan la candidatura de Víctor Blanco, el presidente de Racing. D’Onofrio, en diciembre, estaba alineado a Tinelli, al que consideraba parte de una renovación necesaria. Tanto él como todos los que sostuvieron el deseo del conductor televisivo están en busca de una opción alternativa. Cuando se les pregunta por Tinelli, todos responden lo mismo: “Lo estamos esperando”.