Hoy, seis días antes de Navidad, se lee el libro de los Jueces (13,2-7.2425a) en el pasaje donde se narra el nacimiento de Sansón; y el evangelio de San Lucas (1,5-25) en el pasaje donde se relata el episodio en que el ángel Gabriel anuncia a Isabel y Zacarías que serían padres de un hijo: Juan el Bautista.
San Urbano V, papa Hacía 60 años que los papas vivían en Aviñón, Francia, cuando fue elegido Pontífice un benedictino que gobernó la Iglesia con el nombre de Urbano V. La permanencia del papa fuera de Roma fue funesta para la Iglesia.
Urbano quiso terminar con ese destierro y puso al frente de los Estados Pontificios al cardenal español Albornoz que redujo con las armas a los tiranuelos de los reinos de Italia. Vuelto a Roma, Urbano restauró la Urbe en ruinas, reformó el clero y envió misioneros a remotos lugares del mundo. Logró que los orientales volvieran al seno de la Iglesia Católica y comenzó una cruzada contra los turcos que invadían las naciones cristianas.
Muerto Albornoz, nuevos tiranos se apoderaron del país y Urbano, por no derramar sangre, volvió a Aviñón. Murió el 19 de diciembre de 1370. San Anastasio I, papa San Jerónimo escribió que San Anastasio «era un hombre distinguido, de vida intachable y gran celo apostólico, a quien Roma no mereció conservar mucho tiempo, porque el mundo no podía ser decapitado mientras lo gobernase tal obispo», haciendo alusión a la invasión de Alarico el godo. San Anastasio tuvo como amigos y admiradores a San Jerónimo, San Agustín y San Paulino de Nola. Murió el año 401.