Se trata de la iniciativa impulsada por la delegación de Entre Ríos de la CTA. La iniciativa propone volver a gravar con ingresos brutos al sector primario e industrial, reformular el inmobiliario urbano para que tributen más quienes tengan viviendas de mayor valor. Las embarcaciones de lujo y los autos de alta gama pagarán un tributo mayor. La norma crea además un impuesto a Los Juegos de Azar. Con el voto del oficialismo y el
acompañamiento de los gremios estatales, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de reforma tributaria. Se trata de la iniciativa impulsada por la delegación de Entre Ríos de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Poco antes de que se apruebe la iniciativa, los diputados radicales emitieron un comunicado en el que condenaron el «impuestazo» y luego se ausentaron del recinto. Tampoco estuvo el legislador socialista Lisandro Viale; en tanto que los diputados Emma Bargagna y Enrique Fontanetto votaron en contra.
El proyecto fue tratado sobre tablas y contó con el respaldo de las dirigencia de los gremios de estatales: UPCN, ATE, AGMER. Al respecto, el gremio de los docentes emitió una convocatoria para concurrir a la sesión y dijeron que «el proyecto de Reforma Tributaria, que la Central presentó al ministro de Economía el año pasado, fue debatido y respaldado por las organizaciones sindicales que integran la Central, como nuestro Congreso Extraordinario, que viene demandando al Gobierno una reforma tributaria seria, considerando la propuesta de la CTA Entre Ríos». «Este proyecto de Reforma Tributaria implica aplicar un criterio progresista de recaudación, que permitirá al Estado provincial contar con mayores recursos para redistribuir a los trabajadores, a través de una recomposición salarial sustentable en el tiempo», se afirma en un parte firmado por Manuel Gómez, Alejandro Bernasconi y Fabián Peccín.
Urribarri destacó el proyecto
Por su parte, el oficialismo destacó que «habrá mayor presión tributaria a los altos patrimonios, a los titulares de embarcaciones, autos y viviendas de lujo». También se aprobó un programa que apunta a la contención del gasto en licencias y suplencias con un control sistematizado de la historia clínica de cada trabajador. «Estamos proponiendo a la Legislatura una reforma integral, que une criterios de redistribución de la riqueza, pero que asume un compromiso de una reducción del gasto. Por eso decimos que los sectores que se beneficiaron en estos años de enorme crecimiento tienen que aportar en consonancia con los beneficios obtenidos; a eso apunta la reforma tributaria que nuestros senadores convertirán en ley seguramente», dijo la Casa Gris apenas aprobado el proyecto.
«Por otra parte, también solicitamos la aprobación de un sistema de control de ausentismo que implica la creación de un programa moderno, ágil y eficiente que devuelva a los porcentajes normales el uso de las licencias de los trabajadores. Lo acompañaremos con medidas de control efectivo como el congelamiento de vacantes y la reducción del gasto público». «Como lo hemos hecho tantas veces proponemos estas reformas progresistas. Los grandes patrimonios tienen que contribuir en la medida que corresponde. Es una propuesta que vive en el cordón umbilical de cualquier peronista», dijo el gobernador Sergio Urribarri al referirse al tratamiento de una serie de propuestas impositivas, que tienen como base el proyecto que pusiera en consideración la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Algunos cambios
La iniciativa de la reforma impositiva propone volver a gravar con ingresos brutos al sector primario e industrial, reformular el inmobiliario urbano para que tributen más quienes tengan viviendas de mayor valor y elongar los tramos del inmobiliario rural como lo han venido solicitando las entidades agropecuarias. Las embarcaciones de lujo y los autos de alta gama pagarán un tributo mayor.