El actor pasó por Madrid, donde presentó su nueva película, Invisibles, en la que interpreta a un sin techo que vive en las calles de Nueva York. Considera que el papa Francisco y el Dalai Lama se ven juveniles porque se dedican a ayudar a las personas desinteresadamente.
Desde Madrid
El papa Francisco y el Dalai Lama tienen una gran energía, y siempre permanecen jóvenes. Es increíble, pero ellos dos, dicho con todo respeto, tienen una naturaleza casi infantil; están siempre abiertos al mundo, tienen frescura… y nunca se cansan. Nunca dicen ‘¡Uy!, esto ya lo he visto’ o ‘esto no funciona’. No, no… para ellos todo es nuevo y fresco, y está lleno de posibilidades y de alegría. Eso es muy bueno, y es lo que te mantiene joven”, dijo Richard Gere, en Madrid, cuando le preguntaron por su “envidiada entrada física en la madurez”.
Para Gere, de 65 años, practicar la solidaridad con los otros supone una fuente de buena energía y lo ayuda a sentirse bien y joven. “Puedo decir por mi experiencia personal que si sigues la vía de abrir el corazón en todo momento, de mantener abierta la mente a la sabiduría y aprender esa habilidad de ayudar a las personas, eso te genera energías y mantiene joven. Y no lo digo por mí, incluso así lo veo en un amigo mío que tiene 80 años, el Dalai Lama, y en Francisco (el Papa), que es otra persona extraordinaria”.
El galán estadounidense de Reto al destino y Mujer bonita hizo estas declaraciones en una conferencia organizada por Nueva Economía Fórum, con motivo del estreno en España de Invisibles, de la cual Gere es protagonista y productor.
“Desde hace 12 años le estoy dando forma a este guión, y sentí que ahora había llegado el momento”, dijo. Para escribir el guión, Gere se inspiró en un sin techo estadounidense llamado Cadillac Man:“El escribió un libro llamado La tierra de las almas perdidas, en el que contaba su vida desde el corazón y sin sentir pena por sí mismo, y hoy somos amigos”, comentó. “Yo pasaba mucho tiempo en los hogares de Nueva York, y fui inspector de la Coalición de Homeless de la ciudad. Allí tenemos a 66 mil personas que viven en las calles y duermen en los hogares por las noches; otras 20 mil quedan en las calles. Muchas son familias enteras, y el 20%, niños. Los hogares de Nueva York los reciben a partir de las 7 de la tarde, y a las 7 de la mañana los despiertan y devuelven a la calle; no hay un programa que deje que el ciclo continúe”.
“Al principio fuimos a rodar al Astor Place Greenwich Village, a metros de Broadway; allí pasaba muchísima gente pero nadie me miraba. Pasaban los minutos y mi presencia allí no generaba ninguna reacción. Ninguno de los que por allí pasaban me miraba; no establecían contacto visual conmigo. Ahí empecé a sentir sensaciones: a nadie le importaba. Y yo soy un actor famoso, puedo venir aquí y contarlo, pero estas personas que lo sufren a diario ¿a quién se lo van a contar? Hoy puedo decir que ellos no son invisibles, somos nosotros los que no los queremos ver”, dijo el actor ante una multitud de periodistas, empresarios y políticos que fueron a escucharlo al Hotel Ritz. “Haciendo esta película me di cuenta de que yo y cualquiera de nosotros podemos caer en una situación así, y de ahí, al precipicio”.
“La causa de las personas pobres es mi causa. La causa de los excluidos es mi causa”, dijo Gere, “tenemos que hacer que las personas sin hogar pasen de ser un problema a ser una causa. Hay que poner el tema de las personas sin hogar en lo más alto de la agenda” política, agregó ante un auditorio en silencio. Cabe aclarar que durante la semana de la presentación de Invisible en Madrid, Gere se reunió con un grupo de personas sin techo, que viven en las calles de la ciudad, y escuchó durante horas sus historias.
“En el rodaje aprendí cuán fácilmente podemos deteriorarnos y cuán frágiles somos”. “Los refugiados que llegan a Europa son también frágiles y están a punto de caer a un precipicio porque la gente no recupera su costado humano”, dijo Gere en relación con las personas que huyen de Siria rumbo a Europa.
En este contexto, el actor recordó que durante el rodaje de la cinta “fui a un albergue que sale en la película, y allí, un joven sin hogar me gritó: ‘¡Hola, Richard!’. Y yo pensé: ‘Bueno… uno que me reconoció’, pero cuando me di vuelta, era un actor que había filmado cinco años antes conmigo Brooklyn’s Finest. Le pregunté: ‘¿Pero qué te ha pasado?’; ‘Caí en la droga, perdí mi casa y vivo aquí, en la calle’.”
También interpeló la conciencia de los empresarios: “Si ustedes manejaran ONGs con el concepto de eficacia con que manejan sus empresas, la pobreza sería menor, y eso se hace preguntándose: ¿a cuántas personas más he ayudado hoy con estos recursos? Así lo hace Bill Gates con su fundación”, explicó. En este sentido, para ejemplificar, se refirió a su amigo Bill Gates: “Cuando Bill era joven no compartía su dinero con nadie. Un día me dijo: ‘Lo hacía porque era joven y no entendía nada de la vida’. Pero hoy Bill Gates entiende que su misión en la vida es ayudar a otros”, aseguró.
En relación con los bancos que desahucian a las personas de sus casas, ironizó: “A los banqueros habría que matarlos a todos”; “es amoral echar a la gente de sus casas, y al final no tiene sentido, porque a la sociedad le sale más caro resolver la situación de los excluidos sociales”, y “es más caro el asistencialismo que dar una vivienda a los sin hogar”.
Gere está promocionando Invisibles con la ayuda de las ONG locales de los países adonde la lleva. En España lo acompañó Rais Fundación, especializada en asistencia a personas sin techo, donde su novia, la gallega Alejandra Silva, es colaboradora.
El actor pidió una ley en todos los países que garantice un techo para todas las personas sin hogar, una ley que denominó “derecho a un refugio”, y pidió a los bancos que dejen de desahuciar a las personas.
Richard Gere, que estuvo acompañado en todo momento por su novia, sentada a su lado, defendió asimismo que la comunidad internacional actúe contra Estado Islámico porque “aunque no tengan una maldad innata, está claro que tenemos que hacer algo contra ellos, porque son terroristas”.
Para concluir la conferencia se dirigió a las mujeres presentes en el auditorio: “No quiero adularlas, pero estoy seguro de que el cambio va a venir de la mano de las mujeres”, a la vez que las animó a “no tener sexo con los hombres mientras no paren de hacer locuras”. Lo dice un verdadero experto en el tema.
Mostrar lo que nadie quiere ver
Richard Gere regresa a la pantalla grande dando vida a George, un hombre sin techo, con la película Invisibles (Time Out of Mind), dirigida y escrita por Oren Moverman, nominado al Oscar por The Messenger. George deambula por las calles en busca de abrigo y comida y se ve obligado a refugiarse para dormir en las noches en albergues sociales.
Entre el reparto se encuentran los actores Ben Vereen y Jena Malone. La cinta es un alegato sobre la dramática situación que viven las personas sin hogar.
Gere firmó autógrafos y saludó a las personas de a pie, y luego conversó largamente con la prensa. “Es una película de observación, empírica, que te permite pasar tiempo con un hombre con el que nunca estarías si no te encontraras en su misma situación. Creo que Invisibles no es una película con respuestas. Es una película con muchas preguntas que conducen a la posibilidad de sentir compasión. En esta historia no hay malos ni buenos, sólo hay seres humanos”, dijo el director, Oren Overman.
Quizás por afrontar un tema que no resulta muy marketinero para el público, la película producida por Gere consiguió estrenarse en muy pocos mercados, adonde el actor mismo se trasladó para fortalecer la promoción.
Con críticas dispares, el film aún no tiene fecha de estreno en la Argentina.