Todo comenzó a través de internet. Julieta Otero y Azul Lombardía, ambas madres, hicieron un blog en torno a los conflictos de la maternidad moderna. Se llamó Según Roxi y fue furor desde 2012. Ese producto, a caballo entre la verdad y la ficción, se convirtió luego en una serie web de 8 episodios de 10 minutos, con Lucas Mirvois como productor y Otero como actriz protagónica: circuló a través de YouTube y ganó cerca de un millón de views. El éxito siguió creciendo: en 2013 llegaron el libro Según Roxi, autobiografía de una madre incorrecta (Penguin Random House) y la serie –esta vez, 27 capítulos de media hora– que transmitió la señal Lifetime y que multiplicó los fanáticos. Ahora, la dupla Otero-Lombardía ofrece Según Roxi, la obrita de teatro, en el Teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062), viernes y sábados a las 23.15. Al respecto, la actriz, escritora y profesora de teatro cuenta:
—¿Quién sos y cuánto de vos hay en “Según Roxi”?
—Soy Julieta Otero, voy a cumplir 41 años… algo muy fuerte. Egresé del IUNA. Soy actriz. Tengo dos hijas, de 11 y 6 años, Violeta y Margarita. De mi vida familiar no voy a hablar más que eso. Según Roxi tiene que ver con el proceso con mi hija mayor, cuando ella tenía 2 años y se rompió esa burbuja de felicidad íntima de la teta, el colecho y toda la crianza con apego. Entonces, entraron voces escolares, los virus, y todo se tornó una confusión. Me encontré en un contexto ridículo, progresista, ambicioso, lleno de preconceptos sobre cómo ser una buena madre. Escribí el blog con la parte más neurótica de mi drama.
—¿Qué mujeres, además de vos, te aportaron materiales para escribir?
—Mis amigas; las mamis del jardín de las nenas; mi vieja, que es psicóloga y fue directora de jardín de infantes; y pasar todo eso por la procesadora de la imaginación. No es nuestro rol encontrar ningún tipo de verdad. Cada mamá y cada mujer es un mundo distinto. Andar desparramando consejos es una boludez.
—¿El éxito de este proyecto te implicó un gran éxito económico?
—No. Con internet no se gana plata. Y la tele es mucho laburo. Estamos haciendo lo que nos gusta hacer (escribir, filmar capítulos en exteriores como en cine): eso es llenarse de plata. De hecho, es algo mucho más difícil que llenarse de plata. En mi vida cotidiana, el sostén es el teatro [de La Cuadra].
—¿Qué opinás sobre el impacto de internet en los proyectos artísticos y sobre los derechos de autor en ese ámbito?
—Me parece fascinante cómo las redes sociales dan acceso a un montón de gente a contenidos gratis, y les dan acceso a realizadores a mostrar lo que hacen, salteando el medio de comunicación inaccesible. Yo creo mucho en el boca en boca. Vos podés tener toda la difusión del mundo, pero si no está bueno lo que hacés, no te van a ir a ver. Internet es el boca en boca, es pasar el link, el compartir; ahí va, se desparrama. No sabemos adónde va esto; sé que las herramientas legales (derechos de autor, editorial, discográfica) que tenemos hoy para ver el mundo no sirven para el mundo que viene