Los extremos climáticos que se vivieron en las últimas campañas agrícolas en la Argentina afectarán el ciclo del negocio que comienza ahora y termina a mediados de 2014. Así lo asegura un informe publicado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el que el especialista en agroclimatología Eduardo Sierra asegura que «la campaña agrícola 2013/14
viene siendo afectada por una marcha agroclimática extremadamente irregular que, muy probablemente, continuará observándose durante los próximos meses», presentando una sucesión de «extremos con signos contrapuestos». Esto significa que, una vez más, el éxito de la cosecha no está garantizado. Después de una sequía que afectó con fuerza la campaña recolectada en 2012, el nuevo ciclo parecía más prometedor al principio, pero el saldo final de cosecha 2013 arrojó una producción de entre 100 y 105 millones de toneladas, según quién publique los datos. La producción, menor a la esperado, fue afectada por las inundaciones a principio de año, y posteriormente, por la falta de agua. Uno de los granos más afectados fue la soja, que después de proyectarse en casi 55 millones de toneladas, terminó más cerca de las 48 millones; y el trigo, que tuvo una baja producción por la baja decisión de siembra de los productores, pero también se vio afectado por el clima. Este año, según Sierra, las condiciones de partida cuentan con buenas reservas de humedad al este del área agrícola, «pero con niveles escasos en gran parte del centro y el oeste». Mientras las precipitaciones invernales se concentran en el este del área agrícola, el centro y el este reciben valores moderados a escasos.