Flor de Postre, dulces uruguayenses

Las opciones gastronómicas de la ciudad siguen creciendo e innovando constantemente. Flor de Postre, un emprendimiento dirigido por una joven uruguayense, ha sabido conquistar los paladares más exquisitos de La Histórica y alrededores. En un nueva edición de Revista MIRADAS, las palabras exclusivas de Florencia Giqueaux, la encargada de llevar adelante este dulce comercio.

El comienzo

“Todo empezó en 2015, ese año terminaba el secundario y me iba a ir de viaje de egresados a Bariloche. Surgió como una idea para poder ayudar a mis papás con el tema de la plata. La pastelería es algo que siempre me había gustado, en mi familia muchos cocinan y yo me crie viendo a mi abuela cocinando y me pareció una buena oportunidad”, indicó la joven al comenzar.

Seguidamente, relató que comenzó a estudiar en una escuela de la ciudad para poder capacitarse y puso en marcha la idea. “Me acuerdo que se acercaba el día del padre y se me ocurrió vender tortas y postres en pote, que en ese momento estaba ‘de moda’. En ese momento vivía con mis papás y les usaba la cocina, eso me limitaba un poco porque no quería ‘invadirlos’ por completo, pero por suerte tuve mucho apoyo de ellos y así fue como comenzó toda esta historia”, agregó.

“Un recuerdo muy gracioso del momento fue cuando me pidieron una torta forrada con ‘fondant’, una pasta muy usada para las coberturas. Yo en ese momento acepté sin dudarlo, pero obviamente no sabía muy bien cómo hacerlo. Miré un par de videos, pero terminé pidiéndole ayuda a mi abuela para que, con su experiencia y los tutoriales, salir adelante y entregar ese desafío que se me había presentado”, recordó con cariño.

El estudio universitario

“Llegó el final del secundario y obvio que apareció la tradicional pregunta sobre el futuro y la universidad. Yo tenía un par de ideas sobre qué estudiar, pero nada me terminaba de convencer y, recientemente, había descubierto mi pasión por la pastelería. Si bien en mi casa me apoyaban muchísimo, me preguntaban mucho por una carrera universitaria e insistían en que podía hacerlo en paralelo con la cocina. Así fue como comencé a estudiar Licenciatura en Organización Industrial en UTN”, precisó la joven emprendedora.

Indicó que había comenzado la carrera simplemente para poder decir que estaba cursando, sin embargo, con el paso de las materias, se dio cuenta que iba a ser una gran herramienta para poder llevar adelante el emprendimiento que había comenzado meses atrás. “Muchos trabajos que me pedían en las diferentes materias los hice sobre lo mío, hasta incluso las prácticas supervisadas y mi trabajo final, no tengo dudas de que me sirvió, sirve y servirá para gestionar mi negocio”, detalló.

El crecimiento

En enero de 2016, Florencia había dado el siguiente paso, se había mudado sola. “Ese momento fue muy importante ya que significaba poder tener mi espacio y no invadir la cocina de mis papás. Fue un gran salto para mi emprendimiento en todo sentido, ya que además comencé a aceptar pedidos de mayor dificultad para mí. Así fue como llegaron las primeras mesas dulces, tortas más grandes y postres nuevos”, comentó con alegría.

Los años pasaron y el dulce emprendimiento seguía firme con su producción y crecimiento, hasta que llegó el 2020 y la pandemia que cambió la cotidianeidad de las personas. Con el primer decreto de cuarentena, Florencia volvió a vivir a la casa de sus padres y llevó un par de elementos de cocina, pensando que serían solo esos 15 días. Sin embargo, los días pasaban y el confinamiento seguía, los eventos se suspendían y la incertidumbre sobre qué poder hacer para seguir en el hogar de la gente crecía constantemente.

Así fue como Florencia comenzó a vender kits para que, los más chicos de la casa, se puedan entretener decorando galletitas y magdalenas, jugando a ser pequeños cocineros.

El local al público

Llegó el 2021 y las ganas de abrir un local se hicieron más fuertes que nunca. “Siempre hacía dibujos sobre mi ‘negocio soñado’ y todos tenían un aspecto muy parecido al que tenemos ahora, con la puerta de madera y una gran vidriera al lado. En este lugar antes había una dietética y, entre charla y charla, los dueños un día me comentaron que querían cerrarla, por lo que sentí que era el momento justo para dar el siguiente paso, alquilarlo y tener mi propio lugar para que la gente pueda venir a buscar sus postres y elegirlos personalmente”, señaló la joven.

“Arranqué trabajando junto a 3 amigas, cada una hacía algo diferente que sabía y así llevábamos adelante los primeros días. En ese momento, no tenía las máquinas para hacer grandes producciones, pero fui comprando usado y lo que podía, de a poco se equipaba el lugar, pero las ganas de crecer siempre estuvieron más que presentes”, agregó.

“Mis amigas se fueron recibiendo y siguiendo sus propios caminos, en ese momento comenzamos a sumar nuevos integrantes al equipo y hoy en día tenemos un grupo genial. Las chicas se prenden en todo lo que les propongo y siempre estamos trabajando juntas para sacar adelante la producción y los desafíos que se presentan”, detalló Florencia.

La pastelería y su pasión por viajar

Además del amor por la pastelería, Florencia expresó que disfruta mucho recorriendo el mundo. “En cada viaje que pude hacer buscaba, en los rincones más escondidos, alguna cafetería o pastelería donde probar nuevos postres. Soy consciente de que no todo lo que se cocina afuera puedo ponerlo en práctica acá ya que cambia la gente, sus gustos y obviamente la economía ya que hay ingredientes comunes para el resto, pero muy caros o difíciles de conseguir en nuestra zona”, comentó.

La carta

“En el verano, los calores en la ciudad, son muy intensos por lo que somos conscientes de que el chocolate o las cremas no son las mejores opciones para las tortas o postres. En esa época del año optamos por opciones más frescas como frutas y en invierno volvemos a ofrecer más chocolate. Hoy en día podríamos decir que manejamos dos cartas diferentes casi por completo para esas diferentes estaciones del año”, subrayó la joven pastelera.

“Estamos constantemente buscando nuevas opciones para ofrecer, de este modo, incorporamos lo salado a nuestras heladeras. Hoy en día la gente puede encontrar sándwich de miga, tartas o ensaladas por ejemplo”, agregó.

Los desafíos de los eventos

Dentro de la intensa búsqueda por seguir brindando nuevas y mejores opciones para los clientes, Flor de Postre, incorporó el servicio para eventos. Dentro de ellos, se puede encontrar una gran solución para esas reuniones donde se quiere tener el desayuno o la picada para pasar el rato.

“Hacemos desayunos, meriendas o ‘breaks’ para empresas, que quieren ofrecer a sus empleados algo rico para comer durante una reunión. Además, contamos con opciones para opciones que se pueden amoldar a cualquier presupuesto, gustos u ocasión, como despedidas de años, cumpleaños, casamientos o simplemente reuniones familiares o de amigos”, indicó la joven.

“Actualmente, los eventos ‘descontracturados’ que prefieren opciones saladas y frías para comer o ‘picar’ se están viendo mucho más. Para esos momentos, tenemos el servicio de catering que se puede amoldar a cualquier ocasión”, detalló Florencia.

No hay dudas de que Flor de Postre es una gran opción para quienes quieren disfrutar de algo rico en el momento o en algún evento especial.

Para conocer y probar sus exquisiteces se puede ir al local ubicado en 3 de Febrero 85 o seguir su cuenta de Instagram @flordepostre.ok.