No hay dudas que los comercios buscan reinventarse para seguir cumpliendo con los gustos y preferencias de los clientes que los eligen día a día. Es por eso que, la cervecería artesanal, 7 Colinas, constantemente quiere seguir siendo pionera en el rubro en la ciudad. En una nueva edición de Revista MIRADAS, las palabras exclusivas de uno de los dueños, Gerardo “Tito” Acevedo, para conocer su historia.
Los comienzos
Con grandes emociones presentes, “Tito”, como lo conoce la gente, contó que todo comenzó en el año 1998, cuando él iba a la Facultad de Ciencias de la Alimentación en la ciudad de Concordia. “En la materia ‘Química y Bioquímica de los alimentos’ surgió el tema de la fermentación y me enganché mucho con eso, comencé a investigar por fuera y me encontré con que no había mucho desarrollo en lo que es cervezas artesanales en el momento. Pude saber que en Buenos Aires había una pequeña fábrica que estaba dando sus primeros pasos y vendía equipos chicos para comenzar a hacer tu propia cerveza, en ese momento surgió la idea de empezar a preparar”, indicó Acevedo.
“En el momento hicimos una prueba con Juan, uno de mis compañeros, todo surgió en el balcón de nuestro departamento y fueron entre 20 y 30 litros, era para probar, obvio que no salió rica, pero la tomamos en un asado con el resto de los compañeros de cursada. Desde ese momento quedó como tradición hacer cada tanto para juntarnos a comer, hacíamos la que queríamos o la que nos salía, pero era para poder decir que tomábamos nuestra propia cerveza”, agregó emocionado.
Llegado el 2004, Juan, se mudó a Neuquén y descubrió que ahí había una gran industria de cerveza artesanal ya desarrollada. Para ese momento, Acevedo junto a los compañeros que habían quedado en la zona seguían haciendo sus comidas con las cervezas artesanales y, su compañero desde Neuquén les compartió toda la información sobre el desarrollo de la provincia en el tema y los invitó a presenciarlo para poder interiorizarse.
Acevedo, al ir a la localidad de Neuquén, quedó impactado por el mundo cervecero de lugar, lo definió como “algo extraordinario y muy desarrollado”. A su vez agregó que “la gente ya conocía sobre diversos estilos de cerveza y lo que más llamaba la atención era la cantidad de bares con muchas canillas”.
Al volver del viaje, Tito y Juan decidieron comenzar con una pequeña fábrica en Neuquén de 500 litros y así dieron inicio a lo que sería un exitoso recorrido de cerveza artesanal.
Con el paso del tiempo, Acevedo se dio cuenta que, en Concepción del Uruguay, había varios cerveceros que estaban produciendo desde sus casas. Por lo que, en febrero de 2017, en la Isla del Puerto, lograron reunirse y hacer un pequeño encuentro que resultó ser totalmente exitoso. “La gente se sumó con gran entusiasmo y los cerveceros, por suerte, no dábamos abasto con la demanda, eso nos demostró que había un gran futuro para el rubro”, expresó Acevedo.
Luego de eso, Acevedo decidió dejar por completo su antiguo trabajo y dar los primeros pasos para tener su propio bar de cerveza artesanal, tal es así que en octubre de 2017 abrieron las puertas de “7 Colinas”, con una pequeña producción mensual, pero con grandes ganas de apostar al rubro y crecer junto a la ciudad.
“Por suerte en la ciudad y en el país había productores que querían crecer, comenzaron a aparecer nuevos bares de cerveza artesanal y eso nos hacía capacitarnos constantemente para buscar mejorar nuestros productos” comentó Acevedo.
El río, un lugar especial
Acevedo indicó que, en 2019, surgió la oportunidad de expandir su comercio y abrir las puertas a “7 Colinas del Río”, un espacio en la Isla del Puerto. “Si bien hubo que hacer muchos trabajos para poner el lugar en condiciones, lo tomamos como algo único ya que el río para nuestras familias es muy especial, además que es un lugar icónico de la ciudad”, agregó. De esa forma, los uruguayenses y quienes visiten la Isla, pueden disfrutar de buena cerveza y comidas con un paisaje único.
El desafío de la pandemia
“En ese momento, nuestro trabajo principal era el de las canillas en el lugar, la gente venía y disfrutaba su vaso de cerveza recién tirada con alguna comida rápida para acompañar. Con la llegada del Covid-19 eso debió frenarse porque había que quedarse en las casas”, explicó el dueño.
Con unos primeros días llenos de caos y dudas sobre cómo hacer para seguir comercializando la cerveza, Acevedo indicó que primeramente se seguía con la recarga del botellón o growler y con el servicio de mensajería o envíos que ellos mismos hacían. En simultáneo, desarrollaron rápidamente la lata de cerveza, un envase perfecto para las condiciones que se le puede dar a esta bebida.
Sin dudas fue una gran oportunidad para lograr estar en las góndolas de los supermercados o heladeras de los kioscos para llegar a la gente de forma más directa. “Fue dar un salto más para lograr llegar, no solo a las casas uruguayenses, sino también a las demás ciudades y provincias”, explicó Acevedo.
Los destilados
Otra de los “puntos favorables” de la pandemia, fue la disposición de tiempo extra que normalmente no tenían. Gracias a eso, Acevedo y su equipo, decidieron ir más allá de la cerveza y apostar por nuevos productos destilados como el Whisky Single Malt, el Gin, el Ron de Miel y la Hidromiel.
En la actualidad, esos nuevos productos se fabrican en el mismo lugar que la cerveza y se sigue buscando posicionarlo en el mercado nacional. “En cada evento que vamos llevamos todos nuestros productos para que la gente nos conozca y conozca la marca con su portafolio completo”, agregó Acevedo.
La posición en el mercado
No hay dudas de que el consumo en el país ha disminuido debido a la situación económica que se atraviesa actualmente y, 7 Colinas, no queda exento de eso. “Para que más gente nos conozca buscamos ir a todos los eventos que podamos, llevamos nuestra carta de productos para estar en el boca a boca de la gente. Nuestra idea es poder meternos en el comercio de provincias como Buenos Aires, Córdoba y Mendoza y lo podemos hacer gracias a la lata, sin dudas fue algo muy positivo que nos dejó la pandemia”, expresó el dueño.
Las competencias
“Diariamente enviamos muestras a diferentes concursos o jueces particulares ya que nos envían devoluciones y nos sirven para mejorar nuestros productos. Hay gente que busca ir directamente a competir, nosotros buscamos que, gente capacitada, nos dé su opinión para poder crecer”, indicó Acevedo. Seguidamente, agregó que la medalla dorada en la Session Ipa fue toda una sorpresa ya que, para ellos, era una competencia más donde enviaban una muestra de su producto.
“En esa categoría había cerca de 550 muestras de todo el país y que nos digan que la nuestra era la mejor fue toda una felicidad y nos llenamos de orgullo. Sabemos que siempre podemos seguir mejorando y lo vamos a seguir buscando, pero hoy en día la gente viene a probar esa ‘cerveza ganadora’ y nos hizo darnos cuenta del excelente producto que tenemos día a día en nuestro lugar”, comentó el dueño con gran alegría.