Frigerio tras firmar el Pacto de Mayo: “Es momento de mirar para adelante”

El gobernador Rogelio Frigerio, junto otros 17 mandatarios provinciales, firmó el denominado “Pacto de Mayo”. Afirmó que lo hizo “para consolidar nuestro compromiso con un rumbo de progreso y desarrollo”.

El presidente Javier Milei firmó pasada la medianoche en Tucumán los 10 puntos del Pacto de Mayo con un grupo de 18 gobernadores.

Uno de los que rubricó fue el entrerriano Rogelio Frigerio, quien señaló al respecto “Hoy firmamos el pacto para consolidar nuestro compromiso con un rumbo de progreso y desarrollo, tanto a nivel nacional como en nuestra provincia”.

En tal sentido, consideró: “Es momento de mirar para adelante y empezar a construir un futuro mejor”.

Principales lineamientos del Pacto de Mayo

Propiedad privada

Luego procedió a las 10 líneas principales del acuerdo: «Es por eso que firmamos este pacto, cuyo primer punto indica la inmovilidad de la propiedad privada. Por eso firmamos aquí lo presente, es un acta de 10 conceptos inclaudicables, de los cuales el primero es un compromiso con la inviolabilidad de la propiedad privada. La propiedad privada es la primera y más básica institución de nuestra sociedad. La libertad misma de cada uno depende de la inviolabilidad de la primera propiedad de todas, que es la propiedad que uno tiene sobre su propio cuerpo y voluntad. Cada cual sabe cuándo pudo conseguir lo que uno tiene, cuánto esfuerzo, cuánto sudor, cuánto sacrificio y sobre todo cuánta libertad invirtió para lograrlo. Cada elección que uno toma implica miles de renuncias. Por eso cuando el político confisca a través de impuestos el fruto del trabajo, el individuo está confiscando su tiempo, le está confiscando su sacrificio, le está confiscando su libertad. Además, en defensa de la propiedad no sólo se trata de un derecho, sino de la fórmula para el crecimiento económico. Julio Argentino Roca dijo alguna vez que el comercio sabe mejor que el gobierno lo que a él le conviene. La verdadera política consiste, pues, en dejarle la más amplia libertad. Esto es, los argentinos saben mejor qué hacer con lo suyo que el gobierno. No necesita que un burócrata les diga qué producir, con quién comerciar, cuánto pueden ganar, con quién trabajar o quién contratar. En la libre disposición de esa propiedad de parte de cada uno, le termina yendo mejor a todos. Cuanto más libre es un pueblo, más rico se vuelve . Es tan simple como eso. Por eso, en consonancia con este mandato, desde el gobierno perseguiremos una agresiva agenda de desregulación en todos los órdenes de la actividad económica».

Luego, extendió el desarrollo del segundo punto: «Respetar la inviolabilidad de la propiedad privada es ratificarle a los argentinos que ellos son los dueños de sus propias vidas y de sus propios destinos, en definitiva, que son adultos y que en el ejercicio de su capacidad pueden y deben elegir por sí mismos y hacerse cargo de la responsabilidad que eso conlleva. Si el Estado decide sobre todos los aspectos de la vida del individuo y tiene derecho de reclamo sobre la propiedad, el individuo no se reconoce como propietario de su propia vida y en consecuencia no se hace responsable de sus propias acciones. Dos, el equilibrio fiscal es innegociable».

Equilibrio fiscal

En la misma línea, continuó: También firmamos aquí un compromiso innegociable con el compromiso fiscal, necesitamos estar de acuerdo en que el déficit fiscal crónico es el huevo de la serpiente de la decadencia argentina porque es el origen último de todos los problemas que ha tenido nuestra economía en los últimos 100 años . La deuda, la presión asfixiante, la emisión monetaria y la inflación no son otra cosa que síntomas, consecuencia del gasto público compulsivo sin respaldo ni financiamiento, con lo cual lo que estamos asumiendo no es otra cosa que un compromiso innegociable con el sentido común, no se puede gastar más de lo que entra y no se le puede imponer a quienes pagarán impuestos en el futuro, solventar el despilfarro del presente».

«La deuda o la emisión para solventar cuentas públicas deficitarias, tarde o temprano se termina pagando con impuesto inflacionario que es el peor de todos porque afecta más a los que menos tienen. Además de tener para mí una carga moral, estas son leyes básicas e inalterables de la economía, es matemática inobjetable, cuando obedecimos estos principios como nación, nos fue tan bien en tan poco tiempo que pronto fuimos a la envidia del mundo entero, pero cuando en un patrón vicioso de fatal arrogancia, la clase política creyó que podía inventar la rueda y desoír estas leyes básicas de la economía, nos hundió en la miseria por un siglo y terminamos en el abismo profundo en el que estamos hoy. No somos dioses, somos sólo hombres, no escribimos las reglas, sólo podemos seguirlas, por eso de acá en adelante se terminó el chamanismo económico, debemos hacer lo que ha funcionado de forma aprobada en todo el mundo, y abandonar las recetas que fracasaron, ahora sí cumplimos esta caja de tablas, este compromiso, eso quiere decir que nunca vamos a tener contratiempos económicos, eso nadie es capaz de predecirlo ni de prometerlo, los países que también funcionan bien, también tienen problemas, pero lo que sí les prometo es que vamos a vivir en un país sin inflación por el resto de nuestros días , y quiero detenerme un segundo en hacerles comprender qué significa esto, porque vivimos bajo un régimen inflacionario hace tantos años que nos hemos acostumbrado, los menores de 25 años ni siquiera recuerdan probablemente lo que es vivir sin inflación, vivir atosigados por la inflación es vivir en la cárcel del eterno presente, donde se vuelve imposible mirar para adelante, calcular nuestros gastos y planificar nuestro futuro. Anula la posibilidad tanto de un proyecto personal como de un proyecto de familia o un proyecto económico. Por eso, recuperar el equilibrio fiscal y convertirlo en un mandamiento que sobreviva este gobierno y perdure por muchos más, es para nosotros una cuestión en la que se juega la misma dignidad humana», prosiguió.

Gasto público

En cuanto a este punto, el mandatario nacional expresó: » Tercero, gasto público en torno a 25 puntos del PBI, también nos comprometemos con esta firma a bajar el gasto público a los niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno, nuestro país tiene enormes recursos naturales y un capital humano hiper talentoso y trabajador «.

«Pero que nos prospera porque el sector privado, las empresas, los trabajadores y los emprendedores cargan en sus espaldas con más de 40 puntos del PBI de gasto estatal, que con mucho esfuerzo estamos reduciendo, esto es que cada 10 pesos que el argentino genera con el sudor de su frente, más de 4 son consumidos por los estados nacionales, provinciales y municipales. Y como la magia no existe, este exagerado gasto sólo se puede financiar con impuestos que asfixian a nuestra economía, con inflación que pulveriza salarios e imposibilita el cálculo económico o con deuda que son impuestos a las generaciones futuras. Cada punto adicional del PBI que los políticos le suman al gasto estatal, es una carga para el sector privado, es una extracción directa de riqueza y oportunidades para cada empresa que quiere invertir, progresar y dar trabajo, es una quita directa a los ingresos de las familias argentinas, sea en forma de impuestos a los bienes que consumen o con mayor inflación», señaló.

Sobre las consecuencias, aseveró: «Es asfixiar a nuestro campo con impuestos que no existen en ninguna parte del mundo. Es bloquear el desarrollo pleno de nuestro interior productivo. Es impedir que los emprendedores puedan escalar sus proyectos y convertirse en grandes empresarios. El gasto público desmedido es el centro de todos nuestros males. Como venimos insistiendo hace años, nos enfrentamos a problemas de magnitudes bíblicas, problemas que requieren del esfuerzo de todos los sectores, bajar drásticamente el peso del Estado en nuestra economía es nuestra misión más importante y más difícil. Por eso convocamos este pacto, para que todos los que tenemos responsabilidad sobre esta materia hagamos nuestra parte para asegurar la prosperidad de nuestro país. El 44% del gasto del Estado de nuestro país corresponde a las provincias y los municipios. Por cada empleado del Estado Nacional hay 5 empleados provinciales. Llegar a un peso del Estado razonable de 25 puntos del PBI requiere que todos los niveles del Estado hagan su parte. Esto redundará en beneficio para todos, porque la bonanza y la prosperidad del país de cada una de sus provincias y municipios es inversamente proporcional al tamaño del Estado».

Educación

En materia educativa, comunicó los lineamientos principales: » Firmamos aquí el compromiso, también con una educación inicial primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar, porque comprendemos que la Argentina atraviesa una innegable crisis educativa desde hace mucho tiempo . Identificamos hoy que el corazón de la crisis está en el fracaso que hemos tenido como país para alfabetizar correctamente a nuestros estudiantes. Hoy la mitad de los alumnos del primario no alcanzan el nivel de comprensión adecuado para su edad, para los del sexto grado ese valor llega al 70%, es decir, que hoy 7 de cada 10 chicos argentinos que no comprenden los textos que leen. Y todo esto ocurrió bajo las narices de la dirigencia política, mientras intendentes y bloques parlamentarios se tironeaban para definir qué municipio se quedaba con los fondos para construir una universidad nueva. Hemos puesto el foco únicamente en la educación superior por décadas, y mientras mirábamos para otro lado el alfabetismo se coló por la grita de los primeros niveles educativos. Hay que entender que la correcta alfabetización y garantía de competencias básicas del estudiante del primario es la condición necesaria que hace posible cualquier tipo de aprovechamiento posterior. Si no podemos garantizar eso, todos los esfuerzos posteriores en la trayectoria educativa del estudiante están condicionados desde el BAPO. No pueden extrañar entonces los niveles récord de deserción que tenemos hoy. Por eso este compromiso es sobre todo uno que debemos asumir junto al gobierno nacional y los gobiernos provinciales para mirar de frente el problema y elevar la vara para recuperar el espíritu de exigencia con los docentes que están necesarios. Sepan que contará con el Estado Nacional y los recursos y soporte del plan de alfabetización que presentamos esta semana para perseguir en conjunto este objetivo. Pero el problema en la educación no termina en la alfabetización, en perfeccionar la educación básica».

Asimismo, amplió: «Tenemos un sistema educativo que está desconectado de las necesidades económicas de nuestra sociedad, porque tenemos carreras universitarias demasiadas largas, porque hemos priorizado aumentar la oferta universitaria por sobre la oferta terciaria, porque ingresamos una cantidad hipertrofiada de abogados y contadores que son solo demandados, porque en Argentina hay demasiados juicios, demasiados trámites y demasiados impuestos. Y porque tenemos harta cantidad de carreras para las cuales el único empleador posible es el Estado, de forma directa o indirecta, ejerciendo funciones que no debería ejercer. Y lo más complicado de todo, porque el estatus quo en las instituciones de formación docente y profesorados, es impugnar los preceptos básicos del sistema de cooperación social en el que vivimos, que es el capitalismo y la democracia liberal. Esto último es simplemente un suicidio colectivo. ¿Cómo va a ser la norma en los secundarios y universidades del país? Inculcar que el capitalismo es malo. El sistema educativo tiene que ser integrar a los estudiantes a la sociedad conforme a sus normas. Con el alfabetismo nos hicimos los despistados durante décadas. Y aquí estamos hoy, en una situación incompatible con la tradición educativa de nuestro país, que fue el primero en terminar con el alfabetismo en el mundo. Con los demás problemas del sistema educativo no nos podemos hacer los despistados. Los tenemos que abordar antes de que sea demasiado tarde. Por eso les hablo hoy aquí de virar a una educación útil y moderna, útil para los jóvenes, para que cuenten con las herramientas para insertarse y desarrollarse en el mercado laboral y en la sociedad en general».

Reforma tributaria

En cuanto a la reforma tributaria que planea llevar adelante, el presidente de la Nación enunció: «Firmamos aquí también el compromiso de llevar adelante una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, que simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio. Nuestro sistema impositivo es asfixiante, laberíntico e inestable . Argentina tiene que dejar de ser un infierno fiscal para quienes trabajan, se esfuerzan e invierten. Nuestro país tiene una carga impositiva explícita que supera el 30% del PBI. En los últimos 15 años creció de manera sostenida y no por mera coincidencia. En este mismo periodo fuimos el país que menos creció que Latinoamérica. Para revertir esto, la reducción del peso del Estado en la economía tiene que venir acompañada de una merma significativa de la carga impositiva».

«El problema de este sistema no termina acá. Además de su peso, está su complejidad. Hoy los argentinos están sometidos a más de 150 tributos entre nacionales, provinciales y municipales. Este es un costo escondido que absorben las empresas e individuos. Además de reducir la carga impositiva, tenemos que simplificarla. Para esto es necesario el compromiso de gobiernos provinciales y municipales. Los argentinos merecen ser libres, merecen dedicar su tiempo y recursos a desplegar toda su creatividad y talento, a crear riqueza, no a llenar formularios y pagar decenas de impuestos incomprensibles. Por último, es centrar lograr un sistema impositivo estable. La economía capitalista se basa en la posibilidad de poder hacer cálculo económico. Que los agentes económicos puedan inferir cuáles van a ser sus ingresos y gastos en el futuro. En Argentina esto se ha vuelto imposible, no solo por la inflación, sino que, por la volatilidad fiscal de la política, constantemente se han creado impuestos para cubrir gastos innecesarios. Muchos de estos, como el impuesto al cheque o bienes personales, eran transitorios, pero ya llevan más de dos décadas esquilmando el bolsillo de quienes lo pagan. Necesitamos el compromiso de todas las partes para lograr un sistema impositivo que no asfixie a la actividad privada, que sea simple y que perdure en el tiempo», reforzó.