Tiene capacidad para 65.000 personas y será el escenario de la final del 14 de julio. Además, fue sede de seis Super Bowl, del Masters 1000 de Miami y de la Fórmula 1. Dejaron ver que el campo de juego está en óptimas condiciones.
Con butacas similares a las que hay en el cine a nivel del campo para una mejor visión del juego, servicio de comida a las ubicaciones, un club privado en su interior y una inversión de más de 300 millones de dólares que le permitió convertirse en uno de los recintos deportivos más codiciados del mundo, el Hard Rock Stadium y todo el estado de Florida se vestirán de gala este fin de semana para recibir a la Selección Argentina. Será en el duelo contra Perú, por la tercera fecha de la fase de grupos de la Copa América.
El próximo sábado desde las 21 será cuando La Scaloneta ocupe las 65.300 ubicaciones que ofrece el Hard Rock Stadium, el estadio al que todas las Selecciones participantes del torneo continental aspiran a conocer al menos una vez.
No solo por sus lujos o su diseño modernista y adelantos tecnológicos, sino porque será la sede de la final, a disputarse el próximo 14 de julio. Y si bien no es la edificación que más hinchas puede recibir, compensa este factor con su arquitectura.
Ubicado en Miami Gardens, en el área metropolitana del estado de Florida, fue inaugurado en 1987 con el fin de convertirse en el hogar de los Miami Dolphins, equipo de la National Football League (NFL), y uno de los lugares con fines deportivos más importante de Norteamérica al ser sede de torneos de todos los deportes posibles: albergó la final del Súper Bowl en seis oportunidades (1989, 1995, 1999, 2007, 2010 y 2020) y desde hace cinco años lleva adelante el Masters 1000 de Miami, uno de los torneos más importantes del circuito tenístico, en los que supo ver festejar a figuras como Federer, Alcaraz y Sinner.
Y como si fuera poco, desde 2022 el Crypto.com Miami Gran Prix de la Fórmula 1 diseñó su circuito en un sentido que permita envolver al estadio. Al punto que algunas tribunas fueron construidas en su estacionamiento. No es casualidad que la infraestructura sea catalogada como «el nexo de los deportes».
Recién en 2024 es el año en donde el Hard Rock Stadium se comienza a relacionar de manera oficial con el fútbol, luego de recibir amistosos de pretemporada de clubes europeos o propios partidos de selecciones desde 2011.
En ese contexto fue como la Selección Argentina se dará el lujo de visitar por segunda vez este recinto. La primera fue en un amistoso contra Honduras (3-0), en la última convocatoria previo al Mundial de Qatar.
Bajo el contexto de la Copa América, el Hard Rock tuvo su estreno en un duelo por los puntos. Lo hizo en la victoria de Uruguay (3-1) sobre Panamá. Lo más destacado del estreno es que en él se pudo apreciar un aspecto que sin dudas le trae alivio a Lionel Scaloni y compañía: el campo de juego está compuesto históricamente por césped natural.
Es decir, el recinto nunca debió adaptarse a cambios o cuidados especiales en su terreno, factor que padeció el combinado nacional en sus anteriores dos partidos.
Igualmente, el Hard Rock siempre apuntó a convertirse en una sede futbolera a nivel internacional. Según cuenta la historia de este estadio, el fundador de los Miami Dolphins, Joe Robbie, solicitó a los arquitectos que el campo de juego sea construido más ancho de lo que es una cancha de fútbol americano.
¿La razón? Para que a la vez sirviera para el soccer. Este anhelo tardó más de lo pensado en llegar y en su lugar fue el baseball, de la mano de los Merlins de Florida, la competición en paralelo al fútbol americano que hizo de local hasta 2011.
Resulta extraño de creer que el estadio que toma un rol preponderante en la actual edición de la Copa América, no albergó ni siquiera un partido en la edición Centenario, celebrada en Estados Unidos en 2016. Pero la explicación traslada la cuestión hacia su infraestructura. Es que, por aquel entonces, el Hard Rock Stadium había firmado el patrocinio con la cadena de restaurantes que se percibe en su nombre.
Así, dejó atrás su denominación de Sun Life Stadium (tuvo otros siete nombres anteriores) y llevó a cabo una extrema remodelación de 355 millones de dólares para acoger de la mejor manera el Super Bowl de aquel año.
En ella se incluyeron modificaciones como nuevos espacios VIP para hinchas, espacios para restaurantes y la inclusión de un techo retráctil para días de lluvia o excesivo calor. Al tener lugar durante la noche, el partido de Argentina y Perú no tendrá vías para lidiar con las temperaturas superiores a los 30 grados que se esperan que reposen sobre Miami durante el sábado.
Pero eso no es todo: la máxima comodidad a la que un espectador puede acceder hoy en día consta de butacas tipo cine en la tribuna, pero a la vez con la chance de ver el encuentro desde una suite que incluye bebida y comida, cocina equipada y pantallas planas con la transmisión del encuentro.
Igualmente, el partido de la Selección será recién solo el principio de la relación que el Hard Rock empieza a construir con el fútbol. Es que para el Mundial de 2026 se espera que sea la sede de un mínimo de siete partidos. Además, corre con ventaja para albergar duelos correspondientes al Mundial de Clubes del próximo año.
La llegada del soccer a suelo estadounidense es cada vez más frecuente. Será momento para que los aficionados que tengan la posibilidad de asistir al partido de este sábado no solo alienten, sino que a la vez comiencen a acostumbrarse a los lujos en los recintos deportivos.