La feligresía uruguayense peregrinó ayer junto a María por las calles de la ciudad y tributó sus honras a la Santa Patrona de Concepción del Uruguay.
La comunidad católica uruguayense vivió ayer su fiesta máxima, las honras a la Inmaculada Concepción, la Santa Patrona de la ciudad. La imagen de María salió de la Basílica para peregrinar junto a sus fieles por las calles de la ciudad, acompañada por el obispo dicocesano, monseñor Jorge Lozano, los sacerdotes de las distintas parroquias, los niños de primera comunión y miles de fieles que la aclamaron con vivas a laVirgen y el agitar de los pañuelos. Tras la solemne procesión se ofició la Santa Misa en un altar instalado frente al templo presidida por monseñor Lozano, quien tuvo a cargo la homilía. Una gran fiesta de fe que año a año se vuelca a brindarle su amor incondicional. Homilía de Lozano En su homilía monseñor Lozano entre otros conceptos expresó: «En la palabra de hoy hay el nombre de dos mujeres, Eva y María. Nosotros tenemos algo de las dos. De Eva hemos recibido nuestra condición humana, de María recibimos nuestra condición de ser hijos de Dios, de Eva como decía el libro del Génesis recibimos el miedo a Dios, la suspicacia, la mentira; de María recibimos el amor, la generosidad, el sí incondicional a Dios, de una y de otra llevamos algo todos nosotros, porque en nosotros está la tentación de volver a la tierra , también en nosotros está rondando por nuestro corazón la gracia y la fuerza del Espíritu Santo. Así como en María el Espíritu se hizo presente y en su vientre dio origen al hijo de Dios también en nosotros el Espíritu fecunda. Nosotros hoy festejamos la pureza de María, festejamos que ella dejó una vida fecunda .Todos nosotros estamos llamados a ser como ella. Ese es el proyecto de dios.. Así como un artista empieza a modelar una figura, dibujar un cuadro o un artesano a hacer una vasija, también Dios tiene en su mente y en su corazón que es lo que quiere lograr de todos nosotros, le preguntamos que quiere lograr de mi vida, que seamos parecidos a Jesús, Dios nos quiere como hijos. María es imagen y modelo de la Iglesia. De ella reconocemos como todos nosotros como comunidad cristiana somos llamados a entregarnos. Oyentes de la palabra y disponibles de Dios.Yo soy servidor del Señor, que se cumpla en mí su palabra… Digámosle a la Virgen, digámosle juntos: María te queremos. Ayudanos a caminar junto a Jesús, atentos a tu palabra»