Martina Boxler estuvo en Villa La Angostura para correr «La Misión», una carrera basada en el espíritu del trekking de montaña de larga distancia.
Dónde cada corredor debe ser autosuficiente y abastecerse durante la carrera, tanto desde el punto alimenticio como de vestuario y seguridad.
Martina, miembro del equipo de running del club, corrió los 120km y los terminó en 1 día, 17 horas, 53 minutos y 54 segundos.
La misión, la carrera en la que llegar es ganar
Villa La Angostura es una de las ciudades ideales en la Patagonia argentina para disfrutar de una carrera de trail. Allí, La Misión tendrá una nueva edición, en un exigente desafío, con los 160 y 120 kilómetros como circuitos.
Se realizó del 23 y 26 de este mes, la competencia organizada por el “Gurí” Aznarez es una prueba de “nicho”, con alrededor de 500 participantes. A pesar de ello, todos coinciden que aquel que realiza la prueba, apunta a volver al año siguiente.
Con tiempos máximos para completar cada distancia de 74 y 56 horas, más allá de la cantidad de horas que cada uno utiliza para culminar la prueba, el hecho sobresaliente se vuelve en poder completarla, por eso el lema es “llegar es ganar”.
Cada competencia, los corredores muchas veces durante el recorrido suelen decir “no vuelvo nunca más”, pero a los dos o tres días de haber completado La Misión se fijan cuando es la apertura de inscripciones del próximo año.
Con un recorrido de montaña casi en su totalidad, los participantes pueden optar por correr o realizar trekking, gracias a disponer de tiempo suficiente para completar el recorrido de cualquiera de las dos maneras. Además, a excepción de los ganadores, la mayoría suele pasar al menos una noche en medio de la montaña.
Ambas pruebas compartirán casi todo el recorrido, y la división recién estará en el kilómetro 110. El circuito pasará por los siguientes lugares: Valles del Cajón Negro, Ujenco, Bonito, Cataratas, Minero y Ragintuco. Pasarán por el Mallín de las Nieblas y el Col Tres Nacientes, y por la cumbre de los Cerros Bayo, O`connor, Piedritas, Buol y Newbery.
Si bien en las primeras ediciones la competencia era de orientación, hoy se utilizan los senderos como camino, siguiendo marcas en los árboles o mojones de piedra en las cumbres o filos de montaña. Solamente hay cintas en los lugares como bifurcaciones o puntos clave.
Dentro del circuito, los competidores subirán a cerros con distancias que se acercan a los 2000 metros de altura y la prueba es de autosuficiencia, por lo que los competidores deben cargar en sus mochilas diferentes accesorios para no sufrir las inclemencias del clima en plena montaña.
Por lo general, las mochilas suelen terminar cargando un peso de alrededor de entre 6 y 8 kilos, por lo que la gran mayoría realiza un “trekking rápido” más que el correr.