En un clima casi de verano, al sol y con 26°, Felipe VI, el ucraniano Zelensky, y dignatarios y delegaciones extranjeras escucharon al aire libre el discurso inaugural del nuevo jefe de Estado.
Fueron 34 minutos y en un clima casi de verano, con sol radiante y 26 grados de temperatura. Javier Milei tuvo durante todo ese tiempo al rey de España Felipe VI, al ucraniano Volodomir Zelensky y a más de una decena y media de autoridades extranjeras y diplomáticos escuchando su discurso inaugural.
En el escenario fueron ubicados en primera fila y a la derecha del presidente el líder ucraniano Zelensky, el armenio Vahagn Jachaturián, el chileno Gabriel Boric y el rey Felipe VI de España. Y a su izquierda el paraguayo Santiago Peña, el uruguayo Luis Lacalle, el ecuatoriano Daniel Noboa, Viktor Orban (Hungría) y el ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro.
Detrás, de esa primera fila, estuvo el resto de los invitados especiales extranjeros, que presenciaron un discurso en el que Milei abordó la herencia recibida, con fuertes críticas políticas a los antecesores. A la derecha del presidente, organizando toda la escena, estuvo Karina Milei, la hermana del presidente que tuvo una influencia decisiva en el diseño de la asunción.
Durante todo el tiempo que demandó la lectura de su primer discurso, los invitados tuvieron que escuchar al nuevo jefe de Estado argentino exponer sobre la herencia que recibió del gobierno kirchnerista que hoy concluyó, con críticas y acusaciones a las administraciones anteriores y a los políticos en general.
El discurso que pronunció en las escalinatas fue la principal innovación que tuvo todo el operativo de traspaso. Fue un hecho inédito, que nunca ocurrió ni en los últimos 40 años de democracia, y tampoco antes. Hasta este 10 de diciembre, todos los jefes de Estado pronunciaron su primer discurso frente a la Asamblea Legislativa.
Esta vez, Milei decidió que dentro del recinto del Congreso sólo se hiciera el ritual del traspaso de mando, con la colocación de la banda y la entrega del bastón. Y mudó el discurso frente a las escalinatas del Palacio Legislativo. Allí, y ante la mirada atenta de Karina Milei -que fue asignando posiciones a cada invitado- fueron ubicados los dignatarios extranjeros.
Durante más de media hora, y al rayo de un sol casi veraniego, Javier Milei desgranó el estado de la Nación, planteó que la herencia que recibirá es la peor que haya tenido nunca ningún presidente, y anunció las primeras medidas de un plan de ajuste draconiano.