El combinado nórdico, una de las candidatas al título, ya sumó siete goles en dos partidos apelando a su efectividad en los córners.
Hay una última esperanza para la Argentina en la Copa Mundial Femenina de la FIFA. Tras la ajustada caída ante Italia en el debut (0-1) y el valioso empate contra Sudáfrica en la segunda presentación (2-2), la Albiceleste tiene que vencer a Suecia y esperar que los resultados la favorezcan para conseguir por primera vez en su historia la clasificación a los octavos de final de este certamen.
Suecia no es un rival para nada sencillo. Ocupa el 3° lugar en el ránking FIFA, hizo una increíble campaña en Francia 2019, donde se quedó con la medalla de bronce; mientras que le siguió otra aún mejor en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde aplastó a las campeonas mundiales de Estados Unidos de camino a la final y se quedó con la medalla de plata al caer ante Canadá en la definición.
En esta edición del Mundial, el plantel dirigido por Peter Gerhardsson ha demostrado tener una increíble fuerza física y en palabras de su orgulloso entrenador son “un equipo valiente”. Son un grupo de jugadoras con gran solidez en los duelos individuales, principalmente en el juego aéreo, por lo que los balones detenidos –principalmente los tiros de esquina– se transformaron en su principal fórmula en ofensiva.
El combinado sueco tuvo 13 córners a favor contra solamente uno de Sudáfrica en su estreno en la Copa del Mundo y sellaron la victoria por 2-1 en el minuto 90 con un cabezazo de Amanda Ilestedt tras un buen centro de la capitana Kosovare Asllani, encargada de las ejecuciones desde la izquierda y los balones parados en general (Jonna Andersson patea desde la derecha).
Ilestedt, de 1,78 de altura, también abrió el marcador y firmó el 4-0 ante Italia con córners bien cobrados por Andersson. El segundo tanto, anotado por Fridolina Rolfo, también llegó desde ese sector, con un centro bien dirigidos al área chica, donde los jugadoras suecas sacan provecho de su altura. En total, Suecia tuvo siete córners a favor contra tres de la Azzurra.
Suecia ha logrado dos victorias en fila para sellar la clasificación a la siguiente fase y cuatro de los siete goles que convirtió en esta Copa Mundial Femenina de la FIFA llegaron a través de los tiros de esquina, lo que refleja la importancia que tiene este recurso para su juego.
La contundencia de Suecia en los balones parados es algo a lo que tendrá que estar atento el equipo de Germán Portanova, que tampoco debe desestimar que se trata esencialmente de la nación más exitosa del Mundial Femenina que nunca ganó el torneo: llegaron a la final en 2003 y terminaron en el tercer lugar en tres ocasiones (1991, 2011 y 2019).
Gerhardsson, que reemplazó a Pia Sundhage en 2017, introdujo un estilo más ofensivo y más organizado en posesión. La Argentina tiene una prueba muy exigente en el cierre de la fase de grupos, pero el sueño de las jugadoras está intacto y este miércoles 2 de agosto (04:00 hora argentina) saldrán al Waikato Stadium de la ciudad de Hamilton a jugarse la última chance de hacer historia.