En este año electoral hablamos con Fabián Galarraga periodista dedicado a la comunicación política desde hace muchos años, por eso desde su desarrollo regional en esta entrevista habla de todo, su vida y relación con la radio y sus diferentes trabajos, la tecnología, la política, la democracia. Su relación con los candidatos de nuestra ciudad y la opinión que tiene sobre las encuestas electorales.
¿Cómo se siente al ser entrevistado Fabián?
Ser entrevistado es algo raro, ya que uno está acostumbrado a estar del otro lado pensando siempre en profundizar el conocimiento del personaje, en la formulación de la mejor pregunta y tratar de sacar lo mejor del entrevistado. Igualmente, por diferentes actividades que me toca realizar ya estuve varias veces de este lado circunstancialmente.
Por ahí la deformación profesional que tenemos quienes estamos acostumbrados a entrevistar, cuando nos toca ser entrevistados es una suerte de vicio que traemos e intentamos manejar la entrevista que se nos realiza, y nos pasa que a veces quedamos poco corteses con nuestro entrevistador. Así que aprovecho para pedir disculpas a los entrevistadores que pasaron por mi vida. Como conclusión creo que ser entrevistado es como concurrir al sicólogo.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en su profesión?
Mi profesión y mi oficio por sobre todas las cosas es la radio, después fueron llegando otros formatos, como televisión, redacción, etc.
Pero la radio es por sobre todas las cosas mi lugar en el mundo laboralmente. Ya son unos treinta años que estoy en los medios, comencé la relación con mi primer amor que es la música. Luego nació el amor por la radio, el cual nunca más dejé desde mis 15 años. Siempre digo y hoy lo reafirmo que soy un privilegiado por poder vivir de lo que tanto me gusta.
¿Cuáles son sus temas de conversación favoritos?
Las personas que me rodean y me quieren dicen que hablo mucho de política, pero en lo personal creo y me gusta hablar de todo: deporte, arte, cultura, etc. Hay momentos como este que se nos acerca una elección donde los temas de política están más presentes; lo que sí, trato de evitar en el tema política conversaciones vehementes, trato de opinar poco y no confrontar. Respeto todos los pensamientos y las opiniones.
¿Cuáles son las principales diferencias entre usted y otros periodistas?
Creo que no hay diferencia con los demás colegas; es más, me adapto rápidamente y trabajo con todo el mundo, tengo la facilidad de armar rápidamente duplas de conducción, equipo de trabajo.
Como pasa en la vida, hay compañeros con los cuales estableces una química para trabajar. Pienso en dos personas a las que quiero mucho y ya no están: Carlos González Cardozo y Juan Velázquez, con los cuales trabajé muy bien y cómodo. Y en la actualidad armamos un buen equipo con Alejandro Francia, nos divertimos y siempre le encontramos la vuelta para tratar todos los temas, siento que Alejandro me cuida profesionalmente como yo trato de hacerlo con él, siempre buscando que ambos demos lo mejor al aire.
¿En qué se inspira para seguir trabajando en su profesión?
Siempre tenemos que buscar razones para levantarnos todos los días y nuestra profesión es una de ellas, a mí me gusta mucho lo que hago. Hay días que tenemos que buscar modos de quebrar la rutina porque si bien nosotros trabajamos con la noticia y ellas siempre presentan imponderables, hay que buscar la vuelta para darle otro color y uno poder disfrutar de lo que está haciendo. Me gusta buscar la forma de no tocar techo y quedarme ahí estancado.
Este proyecto que hoy desarrollamos en este momento, “Tiempo de PASO”, el ciclo de entrevistas original de La Pirámide, es una gran motivación. También es importante que desde lo social como periodistas podemos construir una idea y un trabajo donde nosotros somos vehículo para que la comunicación ayude a que en algunos aspectos la calidad de vida de la gente pueda ser mejor.
¿Cuáles son las principales dificultades que ha encontrado en su trabajo?
Tengo que decir que siempre me sentí muy afortunado, he tenido buenos compañeros de trabajo y suerte al intentar tener los menos obstáculos posibles. Porque tal vez al ser una persona ciega en un principio podía significar todo un desafío de cómo desarrollaría mi profesión.
Pero le encontré la vuelta, primero porque soy un tipo muy escuchador, receptivo de la información y memorista. Cuando llegó la tecnología fue una herramienta de enorme valor, hoy puedo leer lo que quiero a través de los dispositivos sin depender de nada y de nadie. Eso me dio muchas ventajas y me volvió un poco más vago (sonrisa) porque trabajo menos la memoria.
¿Por qué te apasiona tanto el periodismo político?
Siento que la política es el modo de transformar la realidad de los pueblos y sus habitantes, a pesar de todos los errores, la política es el lugar. No soy de los militantes que dicen “hay que terminar con la política, todo es lo mismo, son una basura, no sirve para nada”. Me parece que eso le hace mucho mal a la democracia y la verdad que no encuentro un modo mejor para vivir que en democracia, indudablemente es el mejor camino. Obviamente que hay que mejorarla, y es una tarea de todos, ser mejores ciudadanos/as.
Y tomar la información que nos llega de todos lados con pinzas tratar de construir una idea propia, que es lo más difícil. Por eso, hay que tratar de hacer un periodismo político lo más serio posible y escuchándonos es el mejor camino.
¿Qué grandes diferencias notas en los candidatos que hoy se presentan a las PASO?
Creo que las principales diferencias de los candidatos que se presentan en las PASO radican en a quiénes representan con el modelo de ciudad, provincia y/o país.
Por ejemplo, a mí que me toca conversar con los precandidatos de la intendencia, uno advierte que todos tienen coincidencia con respecto a los objetivos de la cuidad que se quiere, cuáles son las cosas a mejorar.
Hay mucho reconocimiento por las cosas que ya se hicieron bien. Hasta ahora veo una campaña que se desarrolla respetuosamente. Eso es hablando de lo local, ya si quisiéramos meternos en lo nacional, la historia es otra porque ahí las cosas están mucho más agrietadas.
Pero de mi parte no me interesa ser un elemento que sume a esa grieta, porque todas las posturas deben ser respetadas y escuchadas. Siempre hay que trabajar en obtener opiniones que no contengan agresiones hacia los que piensan distinto.
¿Los políticos realmente saben y les interesa lo que necesita el pueblo?
Sobre esta pregunta se puede hacer mucha demagogia, y desde el periodismo también caemos en esa tentación, porque tanto los políticos como nosotros los periodistas somos demagogos, entonces es fácil caer en el discurso de que a los políticos no les interesa nada y que sólo les importa el poder; a esto algunas personas realmente lo piensas y yo lo respeto.
A mí en lo personal me interesa centrarme mucho en lo local, que no es fácil en la política, por eso todos merecen mi respeto, ser candidato es una muestra de esfuerzo. Godoy en su momento dijo “Cuando sos el intendente, te convertís en el salivadero del pueblo”, creo que implica un esfuerzo y poner lacara en estos tiempos para hacer política es de mucho valor y riesgo, hoy no es el mejor momento para la política y creo que los candidatos tienen interés en la gente.
¿Tenes amigos políticos?
Tengo amigos políticos, lo que más tengo es gente muy conocida de todos lados, a esta altura y con tantos años de profesión, lo que uno cultiva son relaciones humanas por sobre todas las cosas. Entonces lo que hay son relaciones de mucho respeto tanto de la gente de la política hacia mi persona, como yo a ellos. De algunos soy más amigo porque nos tocó trabajar y compartir espacios y por eso se forjó una relación más estrecha. Pero eso es independiente y no condiciona mis opiniones.
¿Con cuál de los partidos te sentís más identificado, cuál se refleja hoy más con tus ideales políticos?
(Risas) Yo soy como el Mono Gatica: “mi familia nunca se metió en política, siempre fue peronista”, yo soy peronista, pero confieso que cuando era chico era radical, me gustaba mucho Alfonsín. Es más, en mi familia me decían la oveja negra porque ellos eran todos peronistas. Pero desde mi profesión siempre intenté darle el mismo logar a todos sin importar los partidos políticos, y ser honesto en la praxis profesional. Nunca condicioné a nadie, ni discuto con mis entrevistados.
¿Cómo ves esta nueva posibilidad de elegir que tenemos los argentinos?
Cada vez que hay una posibilidad de elegir el gobierno, es maravilloso. Eso lo reafirmo porque leí mucho, tengo una familia de activistas sindicales, participantes de la política, y sé lo que nos costó no tener la posibilidad de elegir a quienes nos gobiernan.
Conozco muchas personas cuyos familiares ya no están, o los han desaparecido, asesinados por pensar diferente. Así que todo lo que nos haga mejores seres humanos y mejores ciudadanos en ese sentido está bueno.
Hoy, las escaladas de violencia en los discursos o lo que pasó con Cristina Fernández (intento de asesinato) marca una transposición de la línea, se llame como se llame la persona agredida. Deberíamos volver a los tiempos de Alfonsín en esa plaza del ‘87 cuando estaban juntos todos los sectores de la política abrazados en defensa de la democracia y defendiendo el gobierno de Alfonsín, esa es la democracia que debemos recuperar. Y nosotros desde el periodismo debemos hacer nuestro aporte. Y realmente es una maravilla tener el privilegio de elegir a 40 años de la democracia.
¿Qué opinión te generan las encuestas?
Las encuestas se han relativizado, me parece. Yo que sigo con mucha atención todo el proceso democrático de la Argentina, noto que en su momento las encuesta tenían mucho peso, pero ahora están más atadas a quien las paga.
Esto tiene el plus de que estamos en una época donde se dice cualquier cosa y nadie se hace cargo. Así como en nuestra profesión, que nos equivocamos, decimos una barbaridad y al otro día no es. Bueno, con las encuestas pasó algo parecido, hay algunas encuestas que son bien realizadas y con buenas intenciones, pero nunca se reflejan con la realidad.
Y eso lo notamos después en los resultados que muchas veces están lejos de las encuestas realizadas e incluso de la percepción que uno tiene previo a la elección, así que el valor es relativo. Pero insisto: en el mundo encuesta hay mucho interés de quien la difunde y la instala.