Según el último informe de la NOAA, las condiciones actuales corresponden a una fase neutral y hay un 83% de probabilidad de que se mantengan en el segundo trimestre del año.
Finalmente, el fenómeno de La Niña llegó a su fin y comenzó la transición hacia El Niño, etapa marcada por una mayor humedad y, por ende, más lluvias.
Así lo confirmó la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), el ente internacional más especializado en el tema y el único en investigar específicamente el ENOS, es decir, “El Niño Oscilación del Sur”. De esta manera, finaliza un período de cuatro años de sequía y comienza un 2023 de transición hacia El Niño.
Ya en septiembre de 2021 un reporte de dicha entidad, cuya traducción es “Administración Nacional de Océanos y Atmósfera”, indicó que había condiciones favorables en un 70% de pasar de la sequía hacia una Niña neutral, es decir, paso previo al fenómeno de El Niño.
Impacto en el clima
La investigación resultó en que el cambio de temperatura en la superficie del océano fue notable en varios puntos de medición del Pacífico ecuatorial, principalmente en la llamada región “El Niño-3.4″, el área internacional de mayor referencia por su impacto en el clima global. La conclusión fue que la temperatura pasó de estar por debajo de los – 0.5°C a estar por encima de los 0.1°C, en coincidencia con el período neutro, que se caracteriza por promedios que oscilan entre -0.5 y 0.5° C.
Natalia Gattinoni, licenciada en Ciencias de la Atmósfera e integrante del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, expresó que “lo que caracterizó a esta Niña fue lo extenso de la sequía, tanto en el plano temporal como geográfico”.
“A veces hay sequía en algunas provincias, pero llueve en otras; eso fue lo que no sucedió, por lo menos desde la segunda parte de 2022, cuando todo se complicó aún más”, completó en declaraciones a la agencia CTyS-UNLaM.
La reacción del SMN
Que La Niña haya llegado a su fin no significa que de repente va a comenzar a llover. Esto se debe a que uno de los componentes del ENOS, el océano, ya cambió su fase, pero la atmósfera no es tan rápida. “La Niña ha finalizado”, anunció el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). “El estado actual del fenómeno ENOS corresponde a una fase neutral.
La temperatura del agua del mar (TSM) en el océano Pacífico ecuatorial se encuentra con valores cercanos a los normales en gran parte de la región. El Índice de Oscilación del Sur disminuyó su valor, tomando valores negativos, consistente con la finalización de La Niña”, explicó en términos técnicos.
Probabilidades
De hecho, el SMN reaccionó a la noticia del NOAA sobre el fin de La Niña con la siguiente aclaración: “En Argentina todavía no vamos a ver mucha variación en las precipitaciones. A pesar del cambio de temperatura del océano, la atmósfera todavía se mantiene con una circulación acorde a la de La Niña”.
“De acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre abril-mayo-junio 2023 (AMJ), hay 83% de probabilidad de tener condiciones neutrales”, explicó el organismo nacional.
Algunos especialistas señalan que el aumento de humedad y precipitaciones ya se ha notado en el último verano y en el comienzo del otoño por lo que, admiten que la transición hacia una época de más humedad y precipitaciones es un hecho.
“Vamos a una normalidad durante este año, en el sentido de que vamos a salir de bajos valores de lluvias y nevadas porque se van a incrementar a valores normales”, explicaron.
Más lluvias
Es decir, las estimaciones indicarían que durante este año prevalecerá un “Niño Neutro”, con tendencia a normalizar los valores promedio de lluvias y nevadas. “No hay que olvidarse del fenómeno general, que es el ENOS, y no tomar a El Niño y a La Niña por separados: a todo Niño le sigue una Niña, y a toda Niña le vuelve a seguir un Niño. Entre estos períodos, de tres a ocho años, hay un Neutro. Nosotros llevamos cuatro años de sequía y estamos entrando en un Neutro, que va a llevar más o menos un año.
A principios del año que viene, ya en diciembre, se va a empezar a producir el inicio de El Niño”, analizó en diálogo con Los Andes, Raúl César Pérez, doctor en Física especializado en Atmósferas y Nubes.
Pronóstico a largo plazo
Pensando en el largo plazo, el especialista en atmósferas y nubes insistió: “Que va a haber un Niño, va a haber. No sabemos con qué intensidad, aún no la hemos visto. Hay que seguir esperando, hay que acordarse que el período de El Niño va de 3 a 5 años”. Pérez detalló que, dependiendo de ello, el fenómeno cuenta con cinco categorías, del 1 al 5.
Más allá de a cuánto llegue en este caso, “significa aumento de la temperatura superficial del océano Pacífico, aumento del vapor de agua en atmósfera en el Cono Sur, produciendo más precipitaciones, nevadas y granizo”, aclaró. “Además, como el agua y el vapor de agua tienen alta capacidad calorífica, los inviernos son menos fríos y con menos heladas”, puntualizó.
Por eso, para Pérez “no hace falta pronosticar si va a haber más precipitaciones, ya las hubo”. “Basta con comparar la cantidad de lluvias y granizo que hubo este verano con los años anteriores, y vas a ver que ya hubo más precipitaciones”, sintetizó.
Pronóstico Trimestral
Por su parte, el Pronóstico Climático Trimestral del Servicio Meteorológico Nacional para abril, mayo y junio ya menciona la presencia del Niño Neutro y adelanta “precipitaciones normales sobre el Norte del Litoral, Cuyo, centro y Norte de Patagonia”, y superiores a la media en provincias del Norte y Noroeste del país, Córdoba, Oeste de Santa Fe, Este de San Luis, La Pampa y gran parte de Buenos Aires.
Además, aclara que “debido a la finalización del evento La Niña y tendencia a una posible mayor influencia de forzantes subestacionales, se recomienda mantenerse actualizado con los pronósticos de más corto plazo”.
Pérez insistió y sostuvo que en Mendoza “sin lugar a dudas van a aumentar las precipitaciones”. “Incluso las níveas, por lo que vamos a tener más nieve en Alta Montaña de las que tuvimos en los últimos años”, finalizó.