La neutralización del fenómeno de “La Niña” y la llegada de lluvias en abril podrían plantear un panorama favorable para la provincia al momento de la siembra, precisó SIBER.
El cambio reciente en el comportamiento pluvial abrió las puertas a mejores perspectivas para comenzar a delinear estrategias con un mejor nivel de sustento para el inicio de la campaña de granos finos y cultivos de invierno.
Según detallaron en el informe, el fenómeno de La Niña, cuto impacto pluvial deficitario generalizado en toda la zona núcleo se acopló con un inicio muy negativo de la dinámica de la escala regional, se encaminó hacia la neutralización con el transcurso del mes de febrero.
Además, destacaron que el cambio en el patrón pluvial que se presentó desde el pasado lunes ha sido significativo y tiene buenas posibilidades de proyectarse con continuidad al desarrollo del mes de abril.
La clave para la organización de la logística de la fina radica justamente en la continuidad de las precipitaciones durante el mes de abril.
Es por ello, que desde el SIBER advirtieron que, si se consolida el escenario actual con despliegue homogéneo de lluvias generosas, el nivel de riesgo para las siembras de la fina se irá diluyendo en forma marcada.
«Los modelos de pronóstico de corto y mediano plazo, son favorables, pero hay que mirar con calma el recorrido completo para todo el mes de abril. Se pueden ir perfilando estrategias de acuerdo a como se vaya recuperando cada zona con potencial para la fina, pero las decisiones económicas y tecnológicas finales hay que tratar de postergarse hasta tener una certeza importante respecto de la realidad del contenido de agua útil de los suelos», explicaron.
Perspectivas para la siembra del trigo
Por otro lado, el reporte semanal indicó que luego de tres ciclos consecutivos bajo los efectos negativos de La Niña, se espera una recomposición en los montos de las precipitaciones al ingresar el Pacífico Ecuatorial en un estado de neutralidad.
La nueva campaña 2023/2024 que inicia fundamentalmente con la siembra de trigo se visualiza con buenas expectativas. Los motivos que impulsarían el crecimiento en el área de trigo para este nuevo ciclo son:
– El retorno de las lluvias en la última semana y el pronóstico que evoluciona hacia “El Niño” para el verano. Si bien hace falta bastante agua para recargar el perfil, aún faltan alrededor de 45 días para comenzar la siembra del cereal, lo cual da un margen de tiempo para que en el caso de continuar las precipitaciones se puedan reestablecer las reservas.
– Los resultados productivos, económicos y financieros del ciclo 2022/23, que serán de regulares a malos, (dependiendo de cómo haya impactado en cada campo la sequía y las altas temperaturas), factor que desencadena que el productor ponga todas las expectativas en el trigo para lograr liquidez en el mediano plazo.
– Los fertilizantes y agroquímicos que muestran una tendencia a la baja desde el año 2022, donde los costos de los mismos alcanzaron picos históricos.
– Los buenos rindes obtenidos en las últimas dos campañas.
Los motivos mencionados anteriormente indican que la superficie de trigo para el ciclo 2023/24 sería cercana o superior a la del 2022/23 que fue de 569.000 hectáreas.
Para poder asumir el riesgo de iniciar una nueva campaña, hay una fuerte necesidad de financiamiento por parte del productor. De no ser así, difícilmente pueda lograr su objetivo.