Más de 15 allanamientos realizaron el martes en Concordia, tras el violento ataque a balazos a un joven a la salida de un boliche. La Policía halló gran cantidad de municiones y una decena de armas en una ferretería ubicada a pocos metros de una comisaría de esa localidad.
En los procedimientos que fueron ordenados por el Juez de Garantías de Concordia, Darío Mautone, y solicitados por la fiscal Julia Rivoira, la Policía secuestró armas de fuego y gran cantidad de cartuchería, pero lo que más llamó la atención de los investigadores fue lo que hallaron en una ferretería muy conocida de Concejal Veiga y República del Paraguay, a escasos metros de la comisaría cuarta de esa localidad.
En ese lugar, se encontraron 13 armas de fuego (dos cortas calibre 9mm y 11 armas largas de diferentes calibres); 1.374 cartuchos; 32 teléfonos celulares; una moto marca Yamaha Titan; y plantas de cannabis.
En la investigación, se había constatado que gran parte de la cartuchería utilizada en las balaceras y enfrentamientos armados en Concordia provenían de ese comercio, donde la ferretería sería solo una fachada para la venta ilegal de estos elementos.
Asimismo, a través de la pesquisa se puedo saber que el dueño del comercio, identificado como Luis Ellero, tendría un rol de proveedor. Según se informó muchas personas llegaban al lugar para comprar cajas de balas, las que luego eran revendidas a precios elevados en distintos barrios y zonas marginales de la ciudad.
Otro de los puntos que se pudo conocer, fue que la cartuchería utilizada en hechos delictivos de años anteriores también había sido adquirida en ese comercio de calle República del Paraguay y Concejal Veiga.
Ahora, los investigadores y la fiscal Julia Rivoira profundizarán su trabajo para poder determinar desde donde eran traídas todas las municiones, que luego eran vendidas de forma ilegal.
El subjefe de la Departamental Policial, Danilo Parodi, había reconocido su preocupación por la escalada de violencia en Concordia y apuntó a las drogas y al circuito ilegal de armas. «Las disputas que antes se dirimían a golpes de puño, hoy día cambiaron las modalidades y hay un circuito ilegal de armas de fuego sobre las cuales es muy difícil de tener un contralor sobre las mismas», analizó el funcionario policial.
Y agregó: «En muchas circunstancias, los hechos están empañados por el flagelo de la droga; muchas veces, el mismo consumo de estupefacientes, o la alteración por el consumo de alcohol, produce que las personas no tengan real conciencia cuando manipulan un arma, que son armas que llegan al circuito ilegal de diferentes formas: por haber sido o sustraídas de domicilios particulares o de las propias fuerzas de seguridad, a raíz de funcionarios que extraviaron su arma correspondiente, tanto a nivel local, provincial y nacional». «Son armas que circulan y una misma arma hasta puede llegar a tener relación en diferentes hechos», indicó el comisario.