Vecinos del barrio Santa Teresita se comunicaron con La Prensa Federal para dar a conocer una preocupante situación. Allí, un taller de recarga de garrafas que no está habilitado “representa un peligro constante y llena de gas las casas”, afirmaron.
Un grupo de vecinos del barrio Santa Teresita de Concepción del Uruguay se comunicaron con La Prensa Federal, con el fin de mostrar una preocupante situación que se da con un hombre de la zona.
De acuerdo a lo que afirman, un vecino instaló un taller de recarga de garrafas de forma totalmente ilegal, sin habilitación municipal ni medidas de seguridad pertinentes.
Esto, según los vecinos, deriva en un olor a gas permanente en los domicilios: “cuando recarga una garrafa nos llena de olor a gas las casas, nos duele la cabeza y tenemos niños y ancianos”.
Cabe destacar que dicho “local” se encuentra en calle J.J Millán, entre Pablo Lorentz y Tte Ibáñez.
A su vez, señalaron que se han comunicado permanentemente con Guardia Urbana, pero no ha habido una respuesta certera más allá de una ocasional visita.
En este sentido, los vecinos del Santa Teresita están preocupados por las medidas de seguridad, debido a que el “local” está instalado de forma improvisada y precaria. Es por esto que temen por su bienestar, ya que una mínima chispa puede derivar en una situación en la que se lamente daños materiales, incluso vidas, ya que “el gas que se escapa de allí es un peligro constante”.
“Pedimos a las autoridades que nos escuchen, estamos desesperados, tenemos niños y ancianos sufriendo por esto. Es un peligro. Todos los días tenemos olor a gas por varios minutos en nuestras casas, no se puede correr tanto peligro por la decisión de un vecino”, afirmaron a La Prensa Federal.
“Llamamos, viene Guardia Urbana, revisan y se van. Y ahí queda todo, no pasa de eso. ¿Qué están esperando? ¿Que reviente todo y se muera gente? ¿Alguna intoxicación por la cantidad de gas que hay en el aire? No solamente es un peligro, sino una vergüenza. Intentamos hablar con él, para que entre en razón, pero no nos hace caso”, finalizaron.
Lamentablemente, el “local” continúa funcionando más allá de las permanentes llamadas y reclamos de los vecinos a la Municipalidad, y temen por su seguridad, ya que no es un conflicto normal, sino que esta situación representa un verdadero peligro para la comunidad.