La tiroides, una glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello, es la encargada de secretar hormonas y participa en gran parte de las funciones básicas del organismo: neurológicas, cardíacas e intestinales y el mantenimiento de la temperatura del cuerpo. Es por eso que cualquier alternación en la tiroides puede afectar la salud en forma integral.
El cáncer de tiroides es el octavo más frecuente en la Argentina, con 4.100 casos registrados por año, uno cada dos horas; y la incidencia es notoriamente mayor entre las mujeres. No obstante, su mortalidad es baja: las estadísticas oficiales indican que provoca 243 muertes al año. Esto representa el 0,4% de todos los fallecimientos por tumores en el país.
En el marco del Día Internacional del Cáncer de Tiroides que se conmemoró este 24 de septiembre, los especialistas remarcan la importancia del diagnóstico temprano, para abordar tratamientos con mejores chances de cura.
La aparición de un bulto o una inflamación al costado del cuello son señales de alerta que no se pueden pasar por alto. Si bien estos nódulos suelen ser asintomáticos y benignos, también pueden ser consecuencia del desarrollo de un tumor. Por eso, la consulta médica es un paso imprescindible.
“Existen tres formas de cáncer de tiroides. El cáncer diferenciado es originado en las células foliculares y es el más frecuente; con las variantes papilar y folicular, representan más del 95% de los casos. A esto se suma el cáncer medular, que se origina en las células parafoliculares; y el anaplásico, que es una variante más agresiva, pero poco frecuente”, detalló el oncólogo clínico Agustín Falco (MN 113.572), especialista en Tumores de Cabeza y Cuello/Tiroides del Instituto Alexander Fleming.
El especialista advirtió sobre el aumento de la incidencia de este tipo de tumores en los últimos años: “El cáncer de tiroides es la neoplasia maligna endocrina más frecuente, con una incidencia en incremento a nivel mundial (entre 13 y 14 nuevos casos cada 100.000 habitantes por año)”.
En cuanto a las causas que explican esta suba, en parte, están asociadas a que el sistema de salud hoy cuenta con recursos más avanzados para el diagnóstico. “Hay una mayor difusión de estudios, como la ecografía cervical, que detecta tumores asintomáticos subclínicos. Es decir, tumores hallados incidentalmente, a los que se conoce como incidentalomas”, detalló.
Un estudio reciente mostró que el 60% de las personas que tenía una alteración en la glándula, no lo sabía. Por eso, muchos pacientes llegan al consultorio sin siquiera sospechar la presencia de la enfermedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, es algo frecuente en las patologías asociadas a la tiroides en general, no sólo las oncológicas.
Cuáles son los síntomas del cáncer de tiroides
Muchas veces estos tumores tienen un crecimiento lento, por lo que en un primer momento no dan señales de alerta. “Más allá del hallazgo incidental, la forma de presentación más frecuente es como un nódulo cervical asintomático”, explicó el doctor Falco.
En algunos casos, según informes publicados por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, también puede presentarse cuadros con dificultad para tragar y respirar o voz ronca. De todas formas, como estos síntomas suelen estar asociados a otras patologías, lo que se recomienda es consultar a un médico para recibir un diagnóstico más preciso.
“Es un tumor más frecuente en mujeres que en hombres, con una relación aproximada de 2,5 a 1. Sin embargo, se desconoce cuál es la causa de esta distribución”, indicó el doctor Falco y señaló que la edad de presentación suele ser entre los 40 y 60 años, aunque puede verse en personas más jóvenes y en pacientes añosos.
El especialista del Instituto Alexander Fleming explicó que “no existen medidas específicas de prevención, aunque, como siempre se enfatiza, una vida saludable, evitar el consumo de tabaco, alcohol y el control médico periódico, permite la detección precoz y el mejor manejo de esta enfermedad”.
Diagnóstico y tratamiento
Al detectarse un nódulo tiroideo sospechoso, se realiza una punción bajo guía ecográfica para poder diagnosticar si se trata o no de un tumor. Es importante tener en cuenta que no todos los nódulos tiroideos se deben punzar, ya que la gran mayoría son benignos (cerca del 95%).
En el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, el diagnóstico de muchos tumores se vio retrasado por la ausencia de la consulta temprana. “El cáncer de tiroides no escapó a esa realidad, y nos encontramos en estos tiempos con tumores diagnosticados en estadios más avanzados”, advirtió Falco.
Las opciones terapéuticas más convenientes para el paciente se definen en función de las características del tumor. Al igual que con otras patologías oncológicas, las alternativas abarcan cirugía, radioterapia, medicina nuclear y terapias dirigidas. “Esto requiere la evaluación de los pacientes en centros con experiencia en el manejo de esta patología, y la discusión de todos los casos en equipo multidisciplinario, indispensable para la mejor toma de decisiones”, concluyó el especialista del Instituto Alexander Fleming.