Se trata de Agustina Díaz, apresada en las últimas horas en el partido bonaerense de San Miguel, en el marco de la causa. La detención se suma a la de Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte.
La causa en la que se investiga el intento de asesinato contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sumó este martes una nueva detenida y acumuló nueva información vinculada con la planificación del ataque, como así también con maniobras de encubrimiento, informaron fuentes del caso.
La tercera detenida fue identificada como Agustina Díaz, de 21 años, y según pudo reconstruir Télam quedó bajo la lupa de los investigadores a partir de una serie de mensajes que intercambió con una de las imputadas, a la que intentó ayudar a ocultarse de la justicia, por lo que le imputarían el delito de encubrimiento.
Los otros dos detenidos en este expediente son Fernando André Sabag Montiel (35), el hombre que empuñó el arma que apuntó a la cabeza de la Vicepresidenta, y su novia Brenda «Ámbar» Uliarte (23), quien también está acusada por la tentativa de homicidio.
La información que comprometió a Díaz hasta el punto de que fuera ordenada su detención surgió del celular de Uliarte, quien la tenía agendada como «Amor de mi vida» y solía compartir expresiones de odio, según detallaron a esta agencia las fuentes de la investigación.
La detención de Díaz se produjo en el partido bonaerense de San Miguel, en el marco de una serie de operativos ordenados por la jueza federal María Eugenia Capuchetti y llevados a cabo por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
En el allanamiento en el que se produjo la detención se secuestraron tres teléfonos celulares, de los cuales solo uno estaba activo, informaron las fuentes consultadas.
La PSA llevó acabo en la noche del lunes, además, otros dos allanamientos, uno en provincia de Buenos Aires y otro en la ciudad de Buenos Aires, en los que se secuestraron también teléfonos celulares notebooks, pendrives y demás dispositivos que ya están siendo sometidos a peritaje.
Uno de esos allanamientos fue en el domicilio de un hombre de confianza de Uliarte, con el que mantenía intensas comunicaciones y que los investigadores creen que pudo haberla ayudado a tratar de escapar: le secuestraron el teléfono celular y otros elementos para avanzar con esa línea de pesquisa.