Los incendios no dan tregua en Corrientes. La situación es desesperante y el fuego ya arrasó con más de 500 mil hectáreas. Mientras los equipos combaten las llamas tanto por tierra como por aire, día a día se van conociendo situaciones e historias que reflejan el drama actual.
Las llamas devoraron campos completos y se desplegó un operativo de autoridades locales, nacionales y provinciales. La flora y la fauna de los Esteros del Iberá corre serio peligro. En ese panorama, la solidaridad se abre paso. Delegaciones de Bomberos Voluntarios de Entre Ríos, ya colaboran con el trabajo de los correntinos para luchar contra el fuego.
“Estamos haciendo base en el Cuartel de Bomberos Voluntarios de Tatacuá con Bomberos Voluntarios de Paraná y estamos trabajando en las zonas de San Miguel, Santa Rosa, Caimán, Tabay, y estamos atentos al llamado de otros lugares”, señalaron los bomberos del sur entrerriano que colaboran en Corrientes.
Por otra parte, en las últimas horas, unidades de los Bomberos Voluntarios de Paraná, lucharon de manera incesante y lograron que el fuego no consumiera la Escuela Rural Nº611 de Costa San Lorenzo. Desde Paraná, habían ido cuatro unidades de bomberos para ayudar ante el desastre. “Regresamos anoche, pero lo que vimos es terrible. Un verdadero desastre”, señalaron.
Los principales focos se encuentran especialmente en localidades del noreste y centro de la provincia. El avance afecta plantaciones forestales, bosques nativos, pastizales y zonas de humedales en portales de ingreso a los Esteros del Iberá. “Algunos fueron controlados, pero la situación sigue muy mal y hay focos de gran magnitud que permanecen activos, como el de Paraje Galarza”, manifestó el jefe de Operaciones de Defensa Civil, Orlando Bertoni. “Necesitamos con desesperación que llueva”, agregó Bertoni. ”Con una lluvia de 100 milímetros, podríamos descansar”, afirmó el jefe de Operaciones de Defensa Civil y agregó que “con 300 milímetros de precipitaciones, a razón de 50 milímetros por día, la situación empezaría a mejorar”.