El calor extremo -que ya había pronosticado para esta semana el Servicio Meteorológico Nacional-, puede afectar la salud de las personas, incluso de quienes no tienen factores de riesgo. El Ministerio de Salud de Entre Ríos, recomienda intensificar y mantener los cuidados generales de verano.
Ante las temperaturas elevadas y en el marco de la anunciada ola de calor que impactará sobre todo a la región centro, el Ministerio de Salud de la provincia recomienda extremar los cuidados habituales de la temporada estival para evitar los golpes de calor.
En este sentido, se debe evitar la exposición solar entre las 10 y las 16, así como hacer actividad física intensa en esta franja horaria. Asimismo, es necesario ingerir comidas frescas y livianas, sobre todo consumir más frutas y verduras; tomando abundante agua segura, aún cuando uno no presenta sed.
También se deben evitar las bebidas alcohólicas, con cafeína y azucaradas, muy frías o demasiado calientes.
La directora del Centro Regional de Referencia Dr. Gerardo Domagk, Flavia Pereyra, hizo especial hincapié en la importancia de recostar y elevar las piernas de las personas con síntomas de golpe de calor. “Además, es necesario colocar paños mojados en cabeza, axilas e ingle para bajar la temperatura (o baño con agua templada) y rápida consulta en guardia en personas mayores y niños pequeños”.
Cabe agregar que se debe prestar especial atención tanto a los más chicos como a las personas mayores, ofreciéndoles líquidos de manera continua, cuidando que permanezcan en lugares bien ventilados o con aire acondicionado.
Desde la Unidad Ministerial de Programas y Políticas para Personas Mayores, su coordinador, Esteban Sartore, destacó como fundamentales la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad para evitar los golpes de calor ante temperaturas tan extremas. “El principal y más importante consejo es la ingesta de agua. Las personas mayores van perdiendo la sensación de sentir sed y en toda edad, aunque no tengamos las ganas de ingerir líquidos, debemos tomar al menos dos litros de agua para evitar deshidratación; los golpes de calor; y la hipertensión en personas mayores”.
Por otra parte, Sartore resaltó que, para evitar los golpes de calor: “Es importante ofrecer a las personas mayores comidas de preparación muy rápida, fundamentalmente frutas y verduras en ensaladas, evitando las ingestas copiosas de alimentos y calorías. También que se evite salir en el horario de 11 a 16; usar ropas claras, holgadas y protector solar”, señaló.
El funcionario recomendó que, en caso de asistir a una persona con golpe de calor en la vía pública, se recomienda: ubicarla a la sombra o en un local con aire acondicionado o zona de ventilación; mojarle la cabeza, la nuca y llamar al servicio de emergencias 107.
Son signos de golpes de calor: piel enrojecida y caliente, agitación, confusión, y deshidratación. Ante estos signos, consultar al hospital o centro de salud más cercano.
Síntomas de un golpe de calor
Puntualmente, los signos de alarma de un golpe de calor consisten en: sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros.
En los bebés, es importante asegurarse de que la piel no se encuentre muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
Otros cuidados a tener en cuenta
La temporada estival y sobre todo el calor extremo, ameritan conservar en la heladera aquellos alimentos que puedan echarse a perder debido a las altas temperaturas. Es importante verificar la temperatura y controlar el buen funcionamiento del refrigerador.
Otro punto esencial es vigilar que los productos alimenticios no pierdan la cadena de frío y resguardar en lugares limpios y frescos los alimentos que pueden estar fuera de la heladera.
Es necesario desechar los alimentos perecederos (incluidos la carne, el pollo, el pescado, los huevos y las sobras) que hayan estado por 2 horas o más fuera del frío. Se debe proceder de igual forma con todos los comestibles enlatados cuyos envases estén abiertos, dañados o inflados.
El agua para el consumo siempre debe ser segura y estar en la heladera, correctamente envasada en botellas o bidones limpios y cerrados, alejada de fuentes de calor.