Con el empate 0-0 clavado ante Talleres en la final de la Copa Argentina, Boca depositó todas sus esperanzas de campeón en Agustín Rossi, quien suele hacerse gigante en las definiciones por penales y brilló en las fases previas de esta competencia local.
El arquero de 26 años, que hasta hace algunos meses estaba a la sombra de Esteban Andrada y buscaba la forma de marcharse del Xeneize para ser protagonista en otro club, demostró ser un verdadero experto en las definiciones desde los doce pasos. Desde que viste el buzo azul y oro, le patearon 22 penales y solamente le anotaron 12 goles. De los diez restantes, atajó seis y cuatro fueron desviados.
Con una respuesta a puro reflejo y hacia un rincón, Rossi le ahogó la conquista a Leandro Marín, de Patronato, en los cuartos de final de esta edición de la Copa Argentina. Anteriormente, había sacado chapa en la Copa Liga Profesional: fue la figura frente a River en cuartos al taparle los disparos a Fabrizio Angileri y a Leonardo Ponzio, mientras que en semifinales, su víctima fue Fabricio Domínguez de Racing. En la otra vereda de Avellaneda también lo sufrieron, ya que a finales de 2020 le sacó con la punta de los guantes un intento cruzado a Andrés Roa.
Hace un puñado de meses, el equipo de Marcelo Gallardo lo volvió a padecer en los octavos de este torneo. Aquella noche en el Único de La Plata, el surgido de Chacarita le atajó el penal a Julián Álvarez y fue clave para la victoria de los de La Ribera. Este miércoles, en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero, quiere demostrar que ninguna estirada es casualidad.
Finalizado el encuentro, la figura del Xeneize dialogó con TyC Sports y se refirió a su fortaleza desde los doce pasos: «Uno siempre mira y estudia a los rivales. Hay diferentes alternativas, pero cada uno en el momento toma su decisión, y capaz que acertamos y otras no. Depende mucho del pateador también, pero estoy contento con haber atajado uno y que el primero lo hayan errado fue importante».