El Tricolor le ganó 1 a 0 a Atlético Uruguay en un Plazaola con un marco espectacular de público. El gol lo marcó el pibe Francisco Borba y se transformó el héroe del nuevo campeón del futbol uruguayense.
El estadio «Simón Luciano Plazaola» de Atlético Uruguay fue escenario, este domingo, de las finales del Torneo Único «Luis Roberto Bonus» en dos de sus categorías. Primero Almagro se consagró ante Engranaje en los penales y fue campeón de tercera categoría. Luego entrada ya la noche y ante un marco de público espectacular Atlético y Rivadavia se jugaron el título de primera.
Rivadavia y Atlético Uruguay brindaron un espectáculo acorde a la final que se esperaba y que congregó a tanta gente, algo que no suele verse en las canchas de nuestro fútbol. Fue una final apretada, sin tanto vuelo futbolístico, pero con muchas emociones.
Atlético Uruguay con un equipo mixto de jugadores del primer equipo y otros que esperan oportunidades como estas para demostrar. En Rivadavia, mucho amor propio y sentido de pertenencia, con algunos históricos como Martínez y como Javier Lucero, pero también con 8 jugadores categoría 2003, pibes de 18 años que disputaban una final en primera, con la carga de saber que el Tricolor hacía casi 10 años que no se consagraba en la ciudad.
El partido fue trabado y friccionado. Tantos es así que a los 18 minutos ya voló la primera roja: fue para Gabriel Simian de Atlético. El local se quedó con uno menos ya que el jugador decano fue a tomarse revancha de una entrada anterior, y con un patadón terminó dejando a su equipo con 10. Se fue sin ni siquiera reclamar al árbitro.
Y antes de que se pueda acomodar el partido, llegó el gol que a la postre sería el del campeonato. A los 25, un desborde de Lucero que mete un centro bombeado y pasado, pero que encontró a uno de los pibes de Rivadavia que fue sensación en el tramo final del torneo: Francisco Borba cabeceó de emboquillada por arriba de Carrizo, al ángulo, golazo y delirio tricolor.
Antes de irse al descanso, una salida lejos del arquero de Rivadavia que llega a destiempo y comete un penal que podía significar la chande del Decano del empate. Angel Gómez pateó desde los 12 pasos, pero su remate dio en el palo y se fue afuera.
En el segundo tiempo, a los 10 minutos, una fuerte entrada de Fernando Lind le hizo ganar la segunda amarilla y el partido se ponía 10 contra 10. Pero no alcanzaron a acomodarse en la cancha que un minuto después, otra falta y otra segunda amarilla, en este caso para Ladaga y otra vez Atlético en desventaja numérica.
El resto del partido fueron más emociones que fútbol. El arquero de Rivadavia Agustín Perdomo cerró el arco, el equipo se corrió todo y marcó como una final. Los juveniles del tricolor estuvieron a la altura, con mucho sacrificio que se vio premiado en las lágrimas del final.
Diego Abelando y Lucas Velázquez, los responsables de este Rivadavia campeón no ocultaron la emoción del final y destacaron ese “sentido de pertenencia” que los jugadores demostraron por esa camiseta tricolor que volvió a gritar campeón después de 9 años. Y nada menos que después de una pandemia, con el estadio lleno y dejando en el camino a Gimnasia primero, y a Atlético después. Como para no celebrarlo toda la noche.