El presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, se desligó este lunes de la resolución del clásico Brasil-Argentina, suspendido el pasado 5 de septiembre en San Pablo por la irrupción de agentes sanitarios del gobierno nacional en el campo de juego del Arena Corinthians.
«Lo que tengo que decir es que se trata de un caso pendiente en la Comisión Disciplinaria de FIFA y que como presidente no puedo ni tengo que intervenir. Los organismos jurídicos son independiente y deciden en base a las reglas», se excusó Infantino, de visita en Buenos Aires.
En una conferencia de prensa que ofreció junto al presidente de AFA, en el predio de Ezeiza, el presidente de la FIFA reconoció que lo sucedido en ese partido fue «inaceptable» sin dar pistas sobre si el clásico se reanudará o será resuelto en los escritorios.
«Siempre es bueno decidir en el campo pero no siempre es posible por los calendarios», respondió ante esa consulta puntual.
«No puede pasar que un partido sea interrumpido de esa manera. En el futuro no queremos ver imágenes como estas porque es algo que le hace mal al fútbol. Vamos a ver qué deciden», concluyó.
El partido que Brasil y Argentina igualaban sin goles en San Pablo por las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial Qatar 2022 fue suspendido durante el primer tiempo por la irrupción de funcionarios sanitarios del Gobierno brasileño, que denunció a cuatro futbolistas «albicelestes» por violar la normativa federal de ingreso al país en el marco de la pandemia de Covid-19.
Delegados de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) ingresaron a la cancha para notificar a los protagonistas que el partido no podía seguir por la medida de deportar a los jugadores Emiliano Martínez, Cristian Romero, Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía, residentes en el Reino Unido.