Hoy, miércoles de la vigésima segunda semana durante el año, se lee una carta de San Pablo (Colosenses 1,1-8) en la que el apóstol les dice: «El mensaje de la verdad ha llegado a ustedes y al mundo entero»; y el evangelio de San Lucas (4,38-44) en el pasaje donde se narra el episodio en que Jesús cura a la suegra de Pedro y a otros numerosos enfermos.
San Moisés, profeta Nacido en la tribu de Leví hacia la mitad del siglo XV antes de Cristo, y salvado de morir, en una cesta de mimbre puesta en la ribera del río Nilo, fue el gran profeta, guerrero, legislador y libertador, el gran líder del pueblo elegido por Dios. Después de conducir a su pueblo por espacio de 40 años en el desierto de Sinaí, donde recibió de Dios los Diez Mandamientos, murió en el monte Nebo, en territorio de los moabitas (hoy Arabia) el año 1585 antes de Cristo, ante la vista de la Tierra Prometida a la que no pudo entrar.
San Marino, diácono y anacoreta Según la tradición fue un ermitaño que vivió en la soledad del Monte Titano, en Italia. En el sitio donde estuvo su ermita, se levantó la ciudad de San Marino, capital del pequeño Estado independiente del mismo nombre que desde hace mil años ha mantenido su soberanía. San Marino nació en la costa dálmata en el siglo IV y murió en su ermita del Monte Titano.