Las escuelas realizarán jornada institucional entre el 19 y 23 de abril y abordarán temáticas propuestas por el Consejo General de Educación. Entre ellas, figura la propuesta de evitar la repitencia como respuesta al fracaso del estudiante y en cambio avanzar en definiciones escolares en torno a una “promoción acompañada” de los alumnos.
En este sentido, en la resolución N° 850, aprobada por Educación el pasado miércoles, se manifiesta que en la “actual situación epidemiológica, se torna imprescindible continuar implementando determinadas medidas de seguridad, higiene, prevención, de organización institucional y pedagógica curricular, en función de las recomendaciones de las autoridades sanitarias nacionales y provinciales, y atendiendo al derecho inalienable de la educación de toda la población”.
De este modo, para “asegurar la continuidad pedagógica en el marco de la unidad 2020/2021 de los estudiantes, es preciso tomar decisiones que garanticen los aprendizajes y la inclusión de la población más vulnerable, priorizando la organización por ciclos, por campos disciplinarios/áreas de conocimiento, ámbitos y núcleos de aprendizaje integración de contenidos trasversales”.
La cartera educativa plantea dos momentos para la jornada institucional de abril: el primero, para “pensar las revinculaciones en la escuela tras el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), la necesidad de recobrar las comunicaciones directas desde la afectividad y los diálogos que traen otras posibilidades para los procesos de aprendizaje, de enseñanza y de evaluación”. Y un segundo momento en el que se podrá “generar puentes entre las normativas sobre la promoción acompañada en el trimestre, las condiciones en que se enmarcan las trayectorias de los y las estudiantes, y el progreso de los aprendizajes”.
“La promoción acompañada se ha pronunciado como una de esas definiciones institucionales que por la historicidad de cada nivel, los formatos, las condiciones y organización se ha vuelto más o menos posible de poner en marcha, con lo cual entienden que la repitencia como tal no es la única opción; de hecho, su carácter refuerza socialmente las bajas expectativas de los estudiantes y de sus familias, que atribuyen el fracaso a incapacidad, imposibilidad, desvalorización y portación de ciertas etiquetas”, destacan desde el CGE.
En el Consejo, entienden que “categorizar a un individuo, o un alumno, y situarlo dentro del grupo de los ´buenos´, de los ´malos´, de los ´talentosos´ o de los ´no talentosos´ de los ´inteligentes´ o ´no inteligentes´ implica no sólo una descripción –arbitraria- de su situación actual, sino también una suerte de predicción sobre su situación en el futuro”.
En el documento del CGE, se considera que “evaluar formativamente requiere ofrecer diferentes instrumentos evaluativos y observar el proceso diario de los estudiantes porque aprender y evaluar son constantes. La evaluación no es el resultado último sino que se va realizando durante el transcurso del tiempo compartido. Esto ayuda a los estudiantes a revisar sus producciones y a los docentes, a encontrarle nuevos sentidos a sus prácticas, distanciado de una mera calificación o número para pasar de año”.
Para acceder al documento completo: