Nicolás Exequiel Silva, uno de los presos que escaparon de la Unidad Penal Nº 1 de Paraná este domingo, fue detenido poco antes de la medianoche del lunes.
Fue en el marco de un operativo en la Villa 351, donde personal de la Comisaría Sexta y de la Guardia Especial de la Jefatura de Policía logró ubicar al condenado de 23 años, que se había escapado de la cárcel en la mañana del domingo. Estiman que el otro malviviente podría estar en las inmediaciones.
El condenado a cuatro años de prisión por robo agravado fue encontrado escondido en una precaria vivienda abandonada de la Villa 351. Desde el domingo, la Policía tenía datos acerca de que los malvivientes se habían guarecido en esa zona. Al respecto, desde la Policía indicaron que “a raíz de tareas investigativas en el día de la víspera, personal de la Guardia Especial logró recabar datos que precisaban el supuesto paradero de uno de los prófugos, quien estaría ocultándose en la cortada 351”.
A las 23:30 horas realizaron un operativo en el asentamiento, cerrando todos los puntos de entradas y salidas al barrio. Al realizar una recorrida peatonal visualizaron a un sujeto, a quien le dan la voz de alto pero este inmediatamente se dio a la fuga. Esto originó “una persecución por varios metros donde logran demorarlo y reducirlo luego de un intento desesperado por escapar”, describieron desde la fuerza de seguridad. Al identificarlo pudieron confirmar que se trataba de uno de los prófugos de la unidad penitenciaria.
Finalmente, la Fiscalía ordenó que se lo traslade a la División Alcaldía de Tribunales donde permanecerá alojado por el delito de “Evasión”. En tanto, los operativos de la Policía continuaban esta madrugada del martes con el fin de tratar de localizar al restante fugado, Alfredo Alexander Soto, de 28 años de edad. Por los datos brindados desde el Servicio Penitenciario, Soto es un hombre que mide 1,73 mts, tiene cutis trigueño, cabello corto lacio, ojos negros, frente amplia, cejas curvas, párpados normales, orejas chicas, nariz recta, boca pequeña y labios finos.
Cumplía una condena de tres años y tres meses de prisión “robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no se ha acreditado”. Este preso, podría estar en las inmediaciones de la Villa 351 y habría contado con la colaboración de vecinos para esconderse en otro lugar.