El Ministerio de Producción para reimpulsar y fortalecer la Agricultura Familiar, para ello se incorporan estrategias de carácter transversal, con atención a la equidad de género, la juventud rural, los pueblos originarios, los trabajadores rurales y la sustentabilidad ambiental.
Promover la inclusión socio-económica de las familias rurales en situación de pobreza, a través de mejoras en sus condiciones de vida y producción; ofrecer instrumentos de financiamiento a proyectos asociativos; asistir técnicamente para el desarrollo de las capacidades productivas, comerciales, organizacionales y de gestión de las productoras y los productores, son algunos de los ejes que se plantea el Ministerio de Producción para reimpulsar y fortalecer la Agricultura Familiar. Para ello, se incorporan estrategias de carácter transversal, con atención a la equidad de género, la juventud rural, los pueblos originarios, los trabajadores rurales y la sustentabilidad ambiental.
Con esta idea, el ministro de Producción, Turismo y Desarrollo Económico, Juan José Bahillo, se reunió con el secretario de Agricultura y ganadería, Lucio Amavet y con el director de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, Nicolás Finoli, para delinear una agenda de trabajo que analice los recursos disponibles y los instrumentos a utilizar para cumplir con esta política de estado que ponga a los pequeños productores familiares en el centro de la escena productiva.
En este sentido, Bahillo sostuvo que “habitualmente no es un tema de la agenda pública, pero para nosotros será prioritario. Tiene que haber condiciones, convicciones y decisiones para llevarlo adelante. Tenemos el enorme compromiso de que a la Agricultura Familiar la tenemos que identificar, detectarla, pensarla y desarrollarla. Debemos acordar criterios comunes con este tema y empezar a comunicarlo, a instalarlo en el seno de la sociedad para que ese compromiso sea asumido por todos los sectores”.
Para ello, recordó que se ha conformado el Consejo provincial de Agricultura Familiar. Ese espacio es coordinado por el Ministerio de Producción e integrado por Desarrollo Social a través de la Secretaría de Economía Social y el Ministerio de Gobierno, a través de la Dirección de Juntas de Gobierno. También lo integran Inta, Senasa y la delegación local de la Secretaría de Agricultura Familiar de Nación.
Desde ese ámbito se pretende volver a promover la territorialidad con técnicos de los organismos participantes acompañando, asesorando, ayudando en la formulación de los proyectos y gestionando los recursos financieros.
La intención es llegar más directamente para fortalecer los grupos que ya están constituidos y ayudar a aquellos que se evalúe que tienen potencialidad para conformarse e intenciones de progresar y en la identificación de la demanda.
Paralelamente, se trata de articular distintas políticas públicas y se estudian las modalidades y características de todas las líneas de financiamiento existentes y de los programas ya implementados, como el Programa de Inclusión Socio Económica en Áreas Rurales (PISEAR), Manos a la Obra, Fondos Rotatorios y Argentina contra el Hambre, entre otros.
Precisamente, si se toma como ejemplo este último es una iniciativa que busca desarrollar el acceso al mercado de la agricultura familiar campesina e indígena, promoviendo su formalización, registro y habilitación como proveedores de mercados de proximidad; impulsar la modernización y aumento de capacidad de comercialización de ferias, mercados populares y otros canales de venta.
En cuanto a la actualidad de esta temática, en Entre Ríos se viene trabajando en toda la geografía provincial con distintos grupos, fundamentalmente dedicados a la actividad hortícola, apicultura, pesca, tambos queserías y rodeos menores en ganadería.
Además y como impulso a estas políticas, se lanzó últimamente el programa GISER (Grupos de Intercambio Solidario) , que puede ser una gran motorizador de estas estrategias, habida cuenta del éxito que significó cuando se implementó a fines de la década del ’80.