A los 83 años, Luisa muchas veces se descompensa y su familia tiene que llamar a una ambulancia. En uno de esos momentos de tensión, su nieto, Christopher Chancé, de 17 años, pensó que tenía que hacer algo más que llamar al médico. “Pensé en una forma para que ella se comunique conmigo”, dijo. Lo que hizo fue una app para la protección de los adultos mayores.
No es el primer intento tecnológico de Christopher. Programa desde los 8 años e investiga sobre computación cuántica. Ha dado charlas organizadas por IBM y otras organizaciones. Hace unos años creó la plataforma Veloow para el check-in de eventos de forma automatizada que debió paralizarse por la pandemia por coronavirus.
Pero Cuídalos, como se llama la app nueva, en realidad, nació para su abuela; pero durante la programación se dio cuenta que podía ofrecerla en las tiendas oficiales. Y así la lanzó recientemente en Argentina y ya supera las mil descargas.
La herramienta consta de dos aplicaciones. Una debe ser instalada en el dispositivo de los familiares. En esta, el usuario recibe el reporte de emergencias y la ubicación en tiempo real del adulto mayor. La app instalada en el teléfono del último tiene una ficha médica e información sobre sus enfermedades y medicamentos que deben ser ingresados por el otro usuario responsable. Además, hace que el equipo controle la velocidad, la ubicación y la altura; lo último es para detectar posibles caídas.
La app dirigida a los adultos mayores tiene elementos de accesibilidad, para los que la abuela de Chancé ofició como consultora. Ella recomendó el uso de la tipografía especial y de colores llamativos para que la usabilidad fuese más amigable.
El joven tiene como objetivo dotar de más funciones a Cuídalos en el corto plazo y sumarle la opción de voluntarios o cuidadores especializados para que puedan concurrir en forma rápida si uno de los usuarios reporta una emergencia por desorientación, caída o descompensación en caso de que los familiares ingresados al sistema no puedan concurrir en el momento. “No el 911 ni la emergencia médica. Es para reportarle a los seres queridos”, apuntó Christopher.
A los 8 años Christopher Chancé comenzó a explorar el escritorio de la computadora de su casa. El equipo tenía el sistema operativo Windows XP. Abría todos los iconos porque no sabía cuáles correspondían a juegos y cuáles eran programas.
A los últimos los borraba; entonces, su madre, sin saber que había sido su hijo, llamaba a un técnico una vez a la semana para recuperar lo que había desaparecido de la máquina. Hasta que un día Christopher encontró un icono del lenguaje de programación JavaScript. Le llamó la atención y lo buscó en Google. Encontró tutoriales que enseñaban cómo crear líneas de código. El joven empezó a estudiar y programó su primer proyecto: Cheface, una red social que simulaba ser Facebook. Después creó un servicio de mail. Desde los 14 estudia computación cuántica.