Tras varios días de discusión, el Consejo Federal de Educación (CFE) aprobó por unanimidad los nuevos indicadores que regirán para definir la vuelta a las clases presenciales, suspendidas en casi todo el país desde el 16 de marzo. Pese al avance, aún no hay fecha de retorno en ningún distrito.
El nuevo semáforo epidemiológico flexibiliza las condiciones para reabrir las escuelas. De acuerdo al primer protocolo, solo podían pensar en un regreso aquellos distritos con nula o baja circulación del virus. Ahora, las grandes ciudades, aquellas de más de 500 mil habitantes, podrán ajustar el modelo del CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) para medir el riesgo de una apertura.
El modelo sigue tres indicadores: la cantidad de casos diarios de acuerdo a la población en los últimos 14 días, la disponibilidad de camas, y si la infraestructura educativa está en condiciones de aplicar los protocolos de higiene y distanciamiento. En otras palabras, mide la capacidad de una jurisdicción de contener un brote. De ese entrecruce de variables surge un indicador que determina si el riesgo es bajo, moderado o alto. Solo en los casos de bajo riesgo, los distritos pueden emprender el regreso a clases.
El arribo a un acuerdo fue complejo. Entre el martes y este jueves, hubo largas horas de discusión, de revisión de artículos y cuestionamientos. Los funcionarios provinciales elevaron la voz y le cuestionaron al ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, la postura de avanzar en el peor momento de la pandemia, cuando durante meses casi todo el Interior estuvo exento del virus.
La firma de resolución no implica que se vaya a dar un regreso a las clases en los próximos días. De hecho, la mayoría de las provincias ni siquiera se plantea volver a las aulas antes de fin de año. “Acompañamos la resolución, pero no hay ninguna posibilidad de inicio de clases. Tanto nosotros como muchas provincias estamos en el peor momento de contagios, fallecimientos y ocupación de camas críticas. Sería una locura volver ahora. Pareciera que porque se amesetó el AMBA ya no hay Covid en el país”, se quejaron en una de las provincias grandes del Interior.
El texto indica taxativamente que solo podrán volver a clases las ciudades con “bajo riesgo” y enumera nueve condiciones que deben cumplirse. Entre ellas, evaluar la forma de transporte de estudiantes y docentes, para que no haya traslado interprovincial, la capacitación al personal docente y no docente y dar una alternativa a los chicos que sufren enfermedades preexistentes.
Pero también la resolución abre una puerta para lo que llaman “actividades educativas no escolares”. En ese apartado, incluso los distritos que obtengan riesgo moderado en el semáforo podrán avanzar. Se trata de actividades presenciales de revinculación, que tienen como foco a los chicos que perdieron contacto con la escuela y a los alumnos de los últimos años de cada nivel. Claro, de eso dependerá de la voluntad de los gobernadores, que en general prefieren postergar la educación presencial.
Esas actividades socioeducativas son las que desde el lunes lleva adelante en polideportivos la Ciudad de Buenos Aires, que obtuvo un nivel de riesgo medio. En tandas de a 100 chicos por día, pretenden revincular con el sistema a los 6.500 alumnos que identificaron como aquellos que perdieron contacto con la escuela. A ese esquema sumarán a los chicos de séptimo grado y quinto año de establecimientos públicos desde el próximo martes, con actividades en los patios escolares. La intención es que también se sumen los colegios privados.
Por su parte, la provincia de Buenos Aires plantea un regreso a las aulas en los distritos del Interior que tienen menos casos, los que están en las fases 4 y 5 de la cuarentena. Es decir, ningún partido del AMBA está incluido. Si bien todavía no hay precisiones en cuanto a la fecha, el gobierno bonaerense pretende recuperar el vínculo con los mismos grupos objetivos que la Ciudad: los chicos que perdieron y los alumnos que terminan primaria y secundaria. El protocolo establece un máximo de 10 alumnos por división, con asistencia alternada de no más de tres veces por día.
Al margen, el otro distrito que presentó un protocolo en los últimos días fue Chaco. El documento se encuentra en evaluación y la reapertura escolar, todavía sin fecha, no será antes del 19 de octubre. En un principio, apuntará solo a alumnos de escuelas rurales en localidades libres de coronavirus, priorizando los últimos años de cada nivel educativo.
Hasta el momento, a dos meses del cierre del ciclo lectivo, en el país solo el 0,2% de la matrícula total tiene clases presenciales. San Luis se sumó el lunes con doce escuelas a Formosa y La Pampa, las otras dos provincias que pudieron sostener la apertura educativa en las zonas rurales. Catamarca, San Juan y Santiago del Estero debieron dar marcha atrás por las restricciones a la circulación que dispusieron sus gobernadores, por brotes de contagios que no tuvieron relación con la actividad escolar.