Dos grupos del barrio Munilla en Gualeguaychú se enfrentaron en calle Buenos Aires y Tres de Febrero. Volaron piedras, palos, botellas y todo tipo de objetos contundentes. Más tarde, vecinos encendieron gomas, cortaron la calle y pidieron que la banda de “Los Catamanos” se vaya a vivir a otro lugar. Los “Catamanos” son acusados por los vecinos de vender y consumir drogas y llevar adelante diferentes actividades delictivas.
La reacción de los vecinos contra la banda comenzó cerca de las seis de la tarde, con corridas en la zona que comprende a las calles Tres de Febrero, Chalup y Buenos Aires. En la madrugada del sábado ya se habían registrado una serie de incidentes, en los que no faltó el intercambio objetos contundentes.
Periodistas que llegaron al lugar describieron el panorama como salido de una película de guerra: la calle estaba plagada con picos de botellas rotas, piedras, escombros, palos, zapatillas y hasta una sandalia, todos vestigios del primer enfrentamiento. Alertada la policía, se hizo presente en el lugar. Intervinieron efectivos del comando, grupo especial y de la Comisaría Segunda, encabezados por el jefe de la Departamental, Christian Hormaechea, y el subjefe Yari Sosa, quienes dialogaron con vecinos muy exaltados tratando de poner paños fríos a una situación muy tensa.
Para la fuerza del orden, las peleas fueron entre facciones de vecinos que están enfrentadas desde hace un buen tiempo. Al grupo que todos piden desterrar es conocido con el nombre de “Los Catamanos”, aunque también hay otros, como el conocido como “Chanchos Embarrados”. Para enfatizar el pedido, cuando la tarde estaba llegando a su fin, los vecinos que protestaban encendieron cubiertas. Esto obligó a llamar a los Bomberos Voluntarios, quienes finalmente se tuvieron que retirar sin poder apagar el fuego, ante la resistencia de los manifestantes.
La peligrosidad de los “Catamanos”, según crudos relatos de los vecinos Uno de los vecinos que participó de la manifestación contra los “Catamanos” destacó que “sin ellos tendríamos la paz que todos anhelamos, este es un barrio humilde de gente trabajadora que ya no soporta más la presencia de sujetos que no dejan vivir a nadie”. “Tienen la música a todo lo que da, se falopean, molestan a la gente, no se puede dejar un auto en la calle porque lo rompen”, detalló. Una mujer de la zona mencionó que está cansada de vivir de esta manera.
“No sabemos si salir a la calle, y cuando lo hacemos con nuestros chicos nos quedamos al lado de ellos para que no les hagan nada”, expresó con temor. “Esto es de lunes a lunes, nadie pude dejar nada afuera, una bicicleta o lo que fuera porque te lo roban, te apedrean las casas, los chicos no pueden jugar siquiera en el patio de nuestros hogares por el riesgo que le caiga una piedra o un ladrillo”, se quejaron en conjunto. Agustina, otra de las vecinas, contó que “intentaron prender fuego” su casa “arrojando una bomba molotov.
Y por si esto fuera poco, amenazaron de muerte a mi esposo, a mí y nuestro hijo de solo trece años”. Jessica, otra de las presentes en el pedido de destierro a “Los Catamanos”, recordó: “uno de ellos violó a mi hija de trece años y está purgando una leve condena. No puede ser, ¿qué esperan?, ¿que maten a una persona para tomar cartas en el asunto?”, cuestionó.
“Queremos que la justicia intervenga y le ponga un punto final a una situación insostenible desde donde se lo mire”, imploró. Uno de los vecinos que hace muchos años que vive en el barrio advirtió que “si los que tienen que intervenir no lo hacen, esto termina con un muerto”. Además, alertó que “en cuanto se vaya la policía, se pudre todo, como suele suceder”. En la noche del lunes continuaba un número importante de vecinos apostado en la zona, pidiendo por la salida del grupo. El problema no pareciera tener pronta resolución, salvo que intervengan las autoridades competentes para que se restablezca la paz en el Munilla.