El astro argentino marcó de penal para Barcelona y el uruguayo hizo un doblete y una asistencia en su debut en el Atlético Madrid en apenas 24 minutos de juego.
Lionel Messi y Luis Suárez debieron separarse después de seis años en los que forjaron no solamente una gran dupla futbolística sino también una relación interpersonal que devino en una amistad inquebrantable, esa que llevó al rosarino a querer alejarse de Barcelona porque el uruguayo ya no iba a estar, pero finalmente triunfó la postura del presidente Josep María Bartomeu y hoy tuvieron que reducir esa distancia que ahora los separa a través de un amigo común: el gol.
En la misma jornada de la Liga de España en que Messi volvió a vestirse oficialmente con la camiseta de Barcelona cuando poco más de un mes atrás su destino parecía estar lejos del Camp Nou, su gran amigo Suárez debutaba, a 500 kilómetros de allí, en el Atlético Madrid de Diego Simeone y un brillante Ángel Correa, jugando poco más de 20 minutos que le bastaron y sobraron para empezar entregando una asistencia y cerrar marcando dos goles.
Un rato después era el turno de «Lío», que sí se sintió «extraño» cuando no lo vio al «Pistolero» en el vestuario barcelonista antes de la última práctica comandada por el neerlandés Ronald Koeman, ni que hablar de las sensaciones que habrá vivido hoy, cuando su lugar en el locker que siempre ocupaba su entrañable amigo era ocupado por otro jugador, simplemente un «compañero» de equipo.
Y ni que hablar de lo que habrá pasado por dentro cuando en ese mismo momento se conocía el auspicioso debut de Suárez en el Wanda Metropolitano, con goleada incluida por 6 a 1 sobre Granada.
Y si bien Messi no es de transmitir demasiado sus sentimientos hacia fuera, en ese primer tiempo absolutamente carente de motivación que Barcelona terminó ganando por 4 a 0 ante un Villarreal que ofició de «partenaire oficial», sus gestos futbolísticos fueron en consonancia con lo que seguramente le pasaba por dentro, que no era otra cosa que la consecuencia de los últimos tiempos en que definitivamente lo ha ganado la tristeza.
Koeman trató de contenerlo lo máximo posible, hasta el punto de colocarlo de «falso nueve» como en los buenos viejos tiempos de Josep Guardiola, una decisión también llena de ironía, porque en ese lugar estaba hasta ayer nomás justamente Suárez.
Pistolero fulminante
El delantero uruguayo Luis Suárez brilló en su debut en Atlético de Madrid, dirigido por Diego Simeone, con un doblete y una asistencia en poco más de veinte minutos en cancha para la victoria por 6-1, con un tanto del argentino Ángel Correa, sobre Granada, como local.
El delantero, de 33 años, fue suplente en su primer partido con la camiseta del «colchonero» pero le alcanzaron 24 minutos en cancha para asistir a Marcos Llorente para el 4-0 y luego marcar el 5-0, de cabeza, y el 6-1 luego de un rebote en tiempo de descuento.
El exsocio de Lionel Messi en Barcelona también estuvo a punto de patear un penal que le habían convertido a él pero el árbitro lo anuló tras revisar la jugada en el VAR.
Antes del ingreso de Suárez, quien se robó todo el protagonismo del primer partido de la temporada del Atlético de Simeone, el equipo madrileño había encaminado la victoria de la mano de una gran actuación del argentino Ángel Correa.