Más allá de si hoy se mete en las semis del último torneo del año, Juan Martín se hamaca entre lo muy bueno hecho en 2013 y lo que viene: dar un paso más y pelearles a los Cuatro Fantásticos.
Marcelo Gómez fue el primer coach de Juan Martín del Potro. El número 5 del ranking construyó sus primeras ilusiones y golpes como tenista con el hombre que ahora está en Tandil, un poco trabajando en la escuelita por la que pasó el propio Del Potro y otro poco mirando la TV. Mirando, claro, lo que hace su ex pupilo: “A mí, Juan Martín me decía dos cosas cuando era chico. Que quería ganar el US Open y que quería ser el número uno del mundo. Una ya la logró”.
Del otro lado de la línea, Gómez comenta eso que todos esperan: la ilusión de que Del Potro pueda meterse entre los mejores cuatro del mundo. “Siempre tuvo ese objetivo. Si no pasa nada con las lesiones, va en camino. Tiene que sostener la regularidad, eso sí”, opina.
Es cierto. El tandilense tuvo un año con altibajos. Después de un primer semestre oscilante (perdió en la tercera ronda del Abierto de Australia, no fue más allá de octavos en los Masters de Miami, Montecarlo y Roma), levantó sobre el final. En agosto hizo semis en el Masters de Cincinnati, alcanzó la final en el de Shanghai y fue campeón en Tokio y Basilea. Ahora bien, para Gómez esto no debería ser conflictivo a la hora de pensar un 2014 con Juan Martín en busca del Top 4. “Toda la vida fue de menor a mayor, de adolescente también. Las primeras semanas de gira no las hacía bien. Una vez en Europa, venía de una gira mala y terminó ganando el torneo Avenir, para sub 16, incluso con un año menos”, cuenta Gómez.
Altas y bajas. En octubre, Del Potro se analizó: “Estoy jugando mejor que en 2009, en 2008 o incluso el año pasado. Quiero acercarme a los de arriba, y si sigo trabajando puedo estar ahí en algún momento”, dijo.
Para el ex tenista Diego Hartfield, entre las cuestiones que debe mejorar están la regularidad, su desempeño en los Grand Slams y algunas variantes en su juego. “Djokovic o Nadal no pierden partidos contra rivales de mal ranking, como Delpo perdió contra Chardy en Australia. Después, tiene que hacer al menos cuartos en los Grand Slams, que es donde el 1º y el 2º hacen un colchón fuerte de puntos. Y puede subir más a la red o buscarle recursos a su saque. Hasta acá lo que hizo ya es muy groso”, explicó.
En lo que va de la temporada, Delpo ganó cuatro títulos, los mismos que en 2008 y 2012. Murray, 4º del ranking, logró la misma cantidad.
Delpo es el único por fuera de los mejores cuatro que les ganó este año al menos una vez a los integrantes de ese lote (y a Federer). Ya recuperado de la lesión en la muñeca que lo perturbó parte de este 2013, el desafío es fortalecerse: lograr otro Grand Slam, festejar en algún Masters 1000 y hacer que sus triunfos frente a los mejores sean algo natural.
Por qué esta vez sí. Hartfield sostiene que Del Potro puede ser 4º y que lo demás puede venir con trabajo. “Tiene que luchar con Murray o Ferrer. Djokovic y Nadal están un pasito arriba”. Gómez cree que en 2014 puede dar el golpe porque está más maduro. “Termina 2013 en alza y eso es muy bueno. Les ganó a los top y da señales de que él ahora se cree eso. Además, tiene una velocidad de pelota contra la que pocos pueden luchar”.
El jugador más joven del cuadro de este Masters pone su nombre cada vez que surge el debate sobre quién modificará el dominio que ostentan Nadal, Djokovic, Murray y Federer. El año que viene aparece como otra oportunidad para lograr aquello que soñó cuando era un chico y charlaba en Tandil con su entrenador.