El Círculo Católico de Obreros cumplió nada más y nada menos que 110 años de su fundación y su impulsor fue Padre Andres Zaninetti. Por esta razón en un breve acto se realizó la colocación de una ofrenda floral en el busto que lo recuerda, ubicado en esquina de calles Leguizamón y estrada, de la Plaza San Martín.
La misma fue realizada por el presidente de la Institución, Mario Angelini y la contadora de la misma Silvia Haure, en representación de la Comision Directiva, personal y socios.
“Esta es la historia de un sueño que 50 soñadores hicieron realidad una noche del invierno de 1910 al elegir la primera Comisión Directiva de una institución que hoy conocemos como Círculo Católico de Obreros y que nació bajo la inspiración de la Doctrina Social de la Iglesia”
Dentro de esos 50 “soñadores”, se encontraba presente el Padre Federico Grote, sacerdote Redentorista, llamado Apóstol de los Trabajadores y Apóstol Social Cristiano, fundador de los Círculos Católicos de Obreros en la República Argentina, su gran obra que perdura y mantiene fresca su memoria.
El Padre Federico Grote encontraría pocos meses después de la creación de nuestro Circulo, a quien supo interpretar cabalmente su espíritu e ideales, en efecto, en los albores del año 1911 el Padre Andrés Zaninetti llega a nuestra ciudad designado párroco de la Inmaculada Concepción, integrándose inmediatamente a la Comisión Directiva del Círculo de Obreros, como así se llamaba entonces, siendo su director espiritual.
El Padre Andrés fue el gran impulsor de la Institución, siempre atenta a promover el bienestar de los trabajadores, tanto en el aspecto material como espiritual, ocupándose de organizar actividades formativas, deportivas, culturales, recreativas y benéficas, preocupándose también por la salud de los asociados, a través de convenios con médicos, enfermeros y farmacias de la ciudad. Esas actividades constituyeron los cimientos de los servicios que la Institución presta en nuestros días.