Para empezar el día, mientras se trabaja o para estudiar. Como única compañía, o para ser compartido. Frío o caliente. En taza, en vaso, o en un mate. Muchos son los motivos y las circunstancias de su consumo. El café, el té y la yerba mate, son sin dudas las infusiones más consumidas que contienen cafeína. Su popular consumo es un hecho. Lo que no está del todo claro son los efectos en la salud ya que siempre existieron algunos temores y advertencias en torno a su ingesta. Sin embargo, un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, hizo foco en los efectos positivos en la salud.
El artículo describe que la cafeína, además de en el café, té y refrescos, se encuentra presente en una variedad de plantas y que se puede sintetizar y agregar a algunos alimentos y bebidas, como refrescos y bebidas energéticas. Entre los usos positivos, el estudio remarcó su consumo para reducir la fatiga, como tratamiento para la apnea del prematuro en lactantes o en analgésicos para aliviar el dolor. También explicó que en una porción típica, el contenido de cafeína es más alto en café, bebidas energéticas y tabletas de cafeína; intermedio en té; y el más bajo en refrescos. Además, describió que los adultos eligen predominantemente el café mientras que los más jóvenes, los refrescos y el té.
Según la misma investigación, los beneficios se explican, en el caso del café, por su contenido de cientos de otros fitoquímicos biológicamente activos, incluidos los polifenoles como el ácido clorogénico y los lignanos, el alcaloide trigonelina, las melanoidinas formado durante el tostado y cantidades modestas de magnesio, potasio y vitamina B3. Estos compuestos del café pueden reducir el estrés oxidativo, mejorar el microbioma intestinal y modular el metabolismo de la glucosa y las grasas. Además, la cafeína puede contribuir a disminuir del dolor cuando se agrega a los analgésicos de uso común. Específicamente, unos 100 a 130 mg de cafeína añadidos a un analgésico aumentaron la proporción de pacientes a los que se les alivió el dolor.
Sobre los efectos perjudiciales para la salud, se explican en relación a las altas cantidades de ingesta y a la edad de los consumidores. En estos casos puede provocar ansiedad, inquietud, nerviosismo, disforia, insomnio, excitación, agitación psicomotora y un flujo de pensamiento y habla divagante. Y advierte sobre el consumo de bebidas energéticas, especialmente cuando se mezclan con alcohol. La cafeína en forma de bebidas energéticas puede tener más efectos adversos que otras bebidas con cafeína por varias razones: alto consumo episódico, que no permite el desarrollo de la tolerancia a la cafeína. Su popularidad entre los adolescentes, que pueden ser más vulnerables a los efectos de la cafeína; la falta de claridad por parte de los consumidores sobre el contenido de cafeína; los posibles efectos sinérgicos con otros componentes de las bebidas energéticas; y su combinación con el alcohol. Por lo tanto, se recomienda a las personas que consumen bebidas energéticas que verifiquen el contenido de cafeína y eviten el consumo elevado (más de 200 mg de cafeína por toma). Además de evitar combinarlas con alcohol.
El neurólogo argentino Conrado Estol, explicó el estudio y, remarcó los efectos positivos del café. “La cafeína siempre fue muy discutida a nivel nutricional. Yo siempre sostuve que es buena en su justa medida. Puede disminuir el riesgo cardiovascular y otros, como el cáncer. El cacao, el del árbol, te cura, puede prevenir un infarto, por ejemplo. Y si hablamos de la bebida clásica de café que todos tomamos, la clásica taza de café con leche argentina, consumida varias veces por día, protege. La excepción es para la gente que tiene una mutación genética, que hace que no metabolice la cafeína y produce, por ejemplo, insomnio. Tengo pacientes que se toman un café a la mañana y de noche no duermen. Esas son excepciones porque no metabolizan la cafeína y les queda flotando. Siempre lo he defendido, es muy bueno”.
El neurólogo describió el consumo de café en la Argentina en comparación a otros países. “En promedio es un kilo por año por persona, que corresponde a una taza cada dos días. En Estados Unidos lo toma el 80% de los adultos, una taza y media por día. Yo creo, igual, que aumentó en los últimos años. Un poco por las cadenas de cafeterías que venden café para llevar. Y se adoptó esta costumbre de llevarse el café. La cantidad de cafeína que se toma en el café es aproximadamente 135 miligramos por día. Y se pueden tomar hasta 400 miligramos por día sin problema, salvo embarazadas y mujeres que están en lactancia”.
Si bien popularmente el café estuvo asociado a ser un alimento no tan saludable, el doctor argumentó que es beneficioso entre otras cosas por la gran cantidad de polifenoles que contiene. “Probablemente, tenga la mayor cantidad de antioxidantes de todo lo que ingerimos, además de algunas minerales y vitaminas. En resumen, disminuye la mortalidad cardiovascular, la enfermedad coronaria, el ACV, el riesgo de la enfermedad de Parkinson y algunos cánceres. Además, protege al hígado”. Dentro de las excepciones marcó el caso de las personas que metabolizan muy lento la sustancia, o los niños en los que la cafeína puede durar 80 horas. “Hay adultos que tienes una mutación genética que hace que lo metabolicen muy lento y son lo que no pueden dormir. Salvo estos casos, y por supuesto los niños, el café tiene efectos beneficiosos no solo por la cafeína sino porque contiene polifenoles”. Y argumentó sus beneficios a partir de un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association: “Se observó la genética de 500 mil personas en el Reino Unido y su mortalidad. El 80% de las personas tomaban café con una edad promedio de 55 años. Los estudiaron 10 años. El resultado dio que los que tomaron café, en todas sus variantes, tuvieron una mortalidad menor que los que no lo hicieron”. Y por último habló sobre el mate y té: “También contienen cafeína y por lo tanto todos sus beneficios salvando que no tienen los polifenoles que están en el café. Y por último el cacao puro, no industrializado, es excelente debido a su contenido en catequina y epicatequina. Cuando el cacao es molido y asado cambia su nombre a cocoa. Una vez que se le agrega azúcar y grasas para su comercialización, pierde la mayoría del beneficio que aportan sus flavonoides.