Por Ayuda Animal
Cuando hablamos de un Programa de Erradicación de la Tracción a Sangre equina no estamos hablando solo de tratar salvar la vida y la integridad del ese caballo “carrero” el cual está amparado como ser no humano desde una ley penal como lo es la N° 14346, o por una Ordenanza Municipal, la N° 4277/1998, Decretos Municipales N° 6988/1981 y el último con N°25.527/2018, firmado por el Dr. Lauritto. Todos escritos legales, con peso legal al que somete con castigos o maltrata al animal.
Al invocar tal Programa también mencionando a esas familias que viven de lo que les da el esfuerzo de ese caballo que tracciona las calles de la ciudad. Dignidad de esas personas es lo que se busca por medio de este proyecto remitido al HCD. Frente a esta realidad es que hemos pedido por nota formal a la responsable de la Secretaría Desarrollo Social y Educación – Marianela Marclay – una explicación coherente a la pregunta de por qué no se toman acciones concretas para esas familias (¿).
Ellas están contempladas en una Ordenanza que bosteza hace dos años desde un cajón. La responsable aduce que … “La Secretaría de Desarrollo Social y Educación, parte de aquellas medidas y decisiones políticas y administrativas, se encuentran direccionadas a la ayuda social y económica de los vecinos y personas en palmaria situación de vulnerabilidad, implementando verdaderas políticas asistenciales(sic)” En otro párrafo dice:
“Si bien la normativa invocada insta la realización del censo, lo cierto es que el abordaje de temas, cuestiones y problemas de mayor envergadura han agotado la agenda de la Secretaría que la inscripta dirige (sic)”. Ahora le preguntamos a la funcionaria (y lo haremos también por nota) ¿Estas familias no son parte de esas cuestiones y problemas de mayor envergadura o no son parte a la ayuda social y económica de los vecinos?
Nuestro pedido fue básicamente saber en qué condiciones se encuentran y cuantas son esas familias que viven de tal actividad para luego, en el transcurrir del programa, sean contempladas en las acciones y gestiones de esta realidad política para brindarles, así, un futuro en donde puedan soñar con algo prometedor pues, recordemos, para eso están los engranajes de tal Secretaría fomentando alternativas socioeconómicas para los trabajadores informales.
Paradoja si es que las hay, y es digno de nombrarlas: en momentos en que más ellas necesitan de la asistencia del estado municipal es cuando menos son escuchadas. Dilatar pues ahora por más que los comedores comunitarios funcionen, los controles zoonóticos se lleven a cabo, “la faena municipal” se ha puesto en funcionamiento y por su parte la Justicia va a los barrios a escuchar a los vecinos. Marclay sostiene que no pueden brindar las acciones de tal organismo municipal puesto estamos en época de pandemia. ¿Y antes? Antes eran otras excusas también. Tan solo reflexionar con las palabras de Luther King Jr. Para cerrar esta realidad.