La titular del INADI, Victoria Donda, aseguró que «nuestro propio cuerpo se convirtió en un territorio de lucha, y eso es lo que discutimos cuando salimos a los espacios públicos a tratar de transformar la realidad que vivimos» y consideró que la violencia en las redes sociales contra las mujeres es un intento de «disciplinamiento social».
Donda participó -vía teleconferencia- del primer encuentro sobre «Violencia política contra las mujeres y disidencias a través de las redes sociales», junto a la legisladora porteña Ofelia Fernández; la activista trans y candidata a diputada en 2019, Paula Arraigada, y la diputada nacional de Juntos Por el Cambio, Silvia Lospennato, entre otras; y todas coincidieron en que el «disciplinamiento» es un objetivo de esa violencia.
Donda sostuvo que la violencia «no es parte de la política», y que esas «no son las reglas».
«Tenemos que poner de manifiesto que las redes son una manifestación de un fenómeno más complejo que sufrimos las mujeres que hacemos política, y que lo sufrimos en todos lados: en la calle, en los medios donde interpelan a los varones de una forma y a nosotras de otra y hacia el interior de nuestras organizaciones políticas», dijo.
Por su parte, Ofelia Fernández sostuvo que «nunca es nuestra individualidad la que molesta, sino el peligro que implica el hecho de que somos parte de un proceso colectivo».
Agregó que el objetivo de la violencia es «inhabilitarnos políticamente» y que en los comentarios que reciben las mujeres en las redes «no nos están haciendo una crítica política».
A su turno, Arraigada, la única candidata trans a diputada en 2019, dijo que la «violencia en las redes ejerce una forma de disciplinamiento» vinculado a la «falta de argumentos».
«La población travesti-trans tiene un promedio de vida de 35 años, y no hay una solución para que esta masacre por goteo se corte», alertó.
«A veces se escriben en los escritorios proyectos de ley que van dirigidos a esos colectivos sin tenernos en cuenta, eso es parte de la violencia política», expresó.
Silvia Lospennato destacó que «se atacan las agendas, no las personas» y que se trata de un «proceso de Disciplinamiento y escarmiento».
«El discurso de odio es contra la agenda», apuntó, y agregó que en ocasiones «recibimos agresiones que muchas veces no tienen nada que ver con el tema al que nos estamos refiriendo».
La videoconferencia se realizó en conjunto con el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, Fundeco y el observatorio electoral Coppal.