Una anciana de 85 fue víctima de una estafa telefónica , los delincuentes le hicieron creer que estaba hablando con su nieta y la convencieron de entregar todo el dinero de sus ahorros a un joven que fue hasta su casa. La denuncia fue radicada por el hijo de la mujer, que vive en Crespo.
El jefe de la División Delitos Económicos, Javier González, precisó que “un desconocido la llamó a su teléfono fijo, invocando ser su nieta –radicada en Paraná– y le manifestó que, como los billetes se vienen desvalorizando, había que cambiarlos”. “Con toda la astucia y el relato convincente y ameno que caracteriza a quienes se dedican a realizar este tipo de hechos, le hacen entender que va a pasar por su casa quien sería la pareja de la nieta.
Luego entabla diálogo con un supuesto ‘Matías’, comienzan a hacerle anotar una serie de numeraciones, le piden contar los billetes y demás datos, que no tienen otra finalidad más que mantener a la mujer en comunicación, sin que entre en duda y evitar así que pueda corroborar con algún llamado que se estaba tratando de un engaño”, indicó el funcionario.
“Esta mujer tenía $150.000 en billetes nacionales, producto del ahorro que venía realizando hace un año y medio aproximadamente. Las estafas telefónicas bajo la modalidad “cuento del tío” son habitualmente concretadas con víctimas aleatorias, probando suerte con personas mayores, que atienen sus teléfonos fijos y entrando en conversación comienzan a suministrar datos de interés y seguir las indicaciones de los estafadores.
Sin embargo, la repartición especializada de la Policía entrerriana, apuntó como “atípica” una circunstancia que es materia de averiguaciones. Al respecto, el jefe policial señaló: “A cualquier persona que no sea de la zona o no conozca Racedo le costaría bastante encontrar el domicilio, ya que la fachada de la vivienda no se presenta frente a una calle, sino que el ingreso es indirecto. Es una zona de descampado, con bastante distancia entre el acceso y efectivamente la casa.
El hecho de que vivía sola, son datos que habría que conocer previamente. En cuestión de minutos, mientras la demoraban en línea conversando con el supuesto Matías, alguien se acercó hasta la casa, diciendo ser el contador del Banco –por eso la mujer no lo reconoce– y le entregó el dinero”.
Quienes llevan adelante las pesquisas presumen que podrían haberse contactado con ella previamente u obtenido algunos datos –por otras vías– que le facilitaron precisar el lugar. “No hay un número catastral visible, con lo cual por la sola mención de la calle en la guía telefónica, no podrían haber llegado”, afirmó quien dirige la investigación.