El detenido ayer en Concordia acusado por el delito de trata laboral es el contratista del ex viceintendente de Federación, dueño de los campos de donde fueron rescatados cinco trabajadores misioneros que vivían en condiciones infrahumanas.
Fuentes policiales y tribunalicias confirmaron que el detenido acusado de trata laboral en Concordia es Alejandro López, quién se encontraba prófugo de la Justicia Federal desde el 22 de mayo pasado, tras la inspección en el campo del ex viceintendente de Federación y ex delegado de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de la Nación, Juan Luis Spañoletti.
Vale recordar que el abogado defensor del ex funcionario había contado en LT 15 que Spañoletti había contratado «a Alejandro Lopéz y él era la persona encargada de llevar a cabo el desmonte» en ese establecimiento rural ubicado en el departamento Concordia. El procedimiento de detención ocurrió el martes en inmediaciones de calles Dr. Del Cerro, entre calles 58 y 59.
Allí, personal policial apostado de forma discreta y sin develar su condición, realizó la detención en la vía pública de un hombre de 39 años. La acción dio cumplimiento a un mandamiento emanado por el Juzgado Federal de la ciudad de Concepción del Uruguay, con fecha del 22 de mayo pasado.
Posteriormente, el aprehendido fue trasladado a sede policial, donde se realizaron las diligencias de rigor y finalmente fue alojado en sede de Jefatura Departamental de Concordia, a la espera de ser trasladado a sede del Juzgado Federal interviniente. Spañoletti está acusado del delito de trata luego de que se rescatara de una finca de su propiedad en Colonia Ayuí a cinco trabajadores misioneros en condiciones infrahumanas.
Spañoletti fue detenido en la madrugada del jueves 21 en su finca de Colonia Ayuí, a 40 kilómetros de Federación, en el departamento Concordia, durante un operativo conjunto entre la Policía Federal y la Secretaría de Trabajo de Entre Ríos, junto con integrantes del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito de Trata.
Los cinco misioneros, con domicilio en distintos puntos de Montecarlo, habían viajado a Entre Ríos antes de la pandemia con la esperanza de mejorar su economía con trabajos temporarios, pero terminaron siendo explotados laboralmente.