El aislamiento social, preventivo y obligatorio afectó el trabajo al interior del Banco Nacional de Datos Genéticos, pero su personal avanzó en diversos proyectos y, además, comenzó a realizar diversos aportes para ayudar a combatir la pandemia de coronavirus, como el algoritmo desarrollado por un científico que permite lanzar alertas tempranas sobre posibles focos comunitarios.
“Yo me dedico a interpretar la evidencia. En un caso la pregunta es si una persona es nieto de otra y lo que tengo es evidencia genética. En este otro caso es si hay un brote, y lo que tengo es la evidencia en el comportamiento de la población, como las personas se comunican, si usan apps”, explicó el científico en diálogo con Télam.
Según su trabajo, a través de esos comportamientos geolocalizables se puede predecir un brote de coronavirus en un espacio geográfico específico.
Incluso, agregó, las antropólogas forenses del BNDG que realizan las exhumaciones para completar perfiles genéticos y que tienen contacto asiduo con los cementerios, ahora también se convirtieron en asesoras sobre los protocolos que deben seguirse en esos lugares para los entierros de fallecidos por coronavirus.
Mientras sigue el desarrollo de este nuevo descubrimiento, Marsico cuenta que si bien quedaron suspendidas las tomas de muestras genéticas de las personas que tienen dudas sobre su identidad y se acercan habitualmente al BNDG, la cuarentena no impidió que se siguieran procesando aquellas tomadas con anterioridad ni tampoco que se avance en la investigación relacionada con el coronavirus.
Así, en lo cotidiano, en el BNDG se analizan las muestras genéticas de los distintos grupos familiares que buscan a sus nietos para determinar si el material existente es suficiente para que un cotejo sea eficiente.
“Cuando están los datos genéticos de los 4 abuelos se tiene una alta capacidad de detección. Pero cuando hay un hermano y un tío del desaparecido, la ‘incerteza’ aumenta. Mi trabajo es determinar qué capacidad de detención tiene cada grupo familiar. Aquellas que tienen muy poco, lo que hacemos es buscar ADN de más familiares que muchas veces que están muertos y ahí es donde entra el equipo de antropología”, explicó.
Mientras tanto, así como se avanzó en la búsqueda de grupos familiares, el parate sirvió para revaluar las 6 mil muestras genéticas dejadas por personas con dudas sobre su identidad, algunas de ellas obtenidas hace décadas.
El BNDG también confeccionó por estos días una serie de documentos que le permiten obtener el reconocimiento de normas ISO para laboratorios forenses y además está impartiendo capacitaciones sobre la elaboración de protocolos de identificación de personas en otros países de la región, como Colombia.