Industria: Renault anunció que producirá una pickup en Santa Isabel, Córdoba


Después de dos años de postergación, Renault comenzará a producir este año en la planta de Córdoba la pickup Alaskan dentro del acuerdo que mantiene con Nissan. Así lo anunció el presidente de la automotriz, Pablo Sibilla, quien condicionó el inicio a la evolución de la cuarentena por el coronavirus. “Esperamos que sea para fines de noviembre o comienzos de diciembre”, dijo el directivo.


En una primera etapa se abastecerá el mercado local para, en una segunda etapa, avanzar con la exportación, especialmente a Brasil y más tarde a otros países de Latinoamérica. Esto dependerá de la rentabilidad que se logre teniendo en cuenta la inestabilidad cambiaria en el país y la región.

La decisión fue comunicada ya al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el presidente, Alberto Fernández. En ese sentido, Sibilla adelantó que solicitaron que se elimine los derechos de exportación que se están aplicando a las ventas externas para los proyectos nuevos.


El proyecto original formaba parte de la alianza con Nissan y Mercedes Benz. La marca alemana decidió hace un año dar marcha atrás con ese plan. Esto se debió a desinteligencias económicas con Nissan (esta automotriz era la encargada de producir los modelos para las otras dos compañías) y a la decisión global de poner fin a este vehículo que logró poca aceptación entre los consumidores. De hecho, también se levantó la producción en España.


Esto fue un golpe duro para el acuerdo comercial que estaba vigente. Paralelamente, Renault ya había puesto freno a su proyecto en la Argentina porque las condiciones de mercado y el costo por unidad que pedía Nissan no hacía rentable al proyecto. Nunca se dio de baja pero si fue sufriendo postergación tras postergación.


Originalmente, la producción prevista en Santa Isabel (predio donde está ubicada la planta de Renault en el que produce Kangoo, Sandero y Logan y en el que Nissan hizo una inversión de u$s600 millones para su pickup Frontier) era de 70.000 unidades. La mayor parte para la marca japonesa. El resto se repartían entre Mercedes Benz y Renault.


Al caerse el socio alemán del acuerdo y la postergación de la Alaskan, a la marca japonesa se le hizo cuesta arriba la situación porque la escala de producción le quitó competitividad, más teniendo en cuenta que también redujo su volumen de fabricación por la baja del mercado interno y brasileño.